Después del Diluvio Jehová promulgó otras leyes, que, entre otras cosas, por primera vez autorizaban al hombre a ejecutar una sentencia de muerte.

Posteriormente, Jehová dijo respecto a Abrahán: “Porque he llegado a conocerlo a fin de que dé mandato a sus hijos y a su casa después de él de modo que verdaderamente guarden el camino de Jehová para hacer justicia y juicio”.

Se puede ver que la sociedad patriarcal conocía las leyes de Dios y se guiaba por ellas.

Jehová manifestó su punto de vista sobre el adulterio y la sanción que este merecía cuando le dijo a Abimélec que por haber tomado a Sara con la intención de hacerla su esposa (aunque no sabía que era la esposa de Abrahán), se diera por muerto.

Judá dictó sentencia de muerte contra Tamar por haberse prostituido.