Una situación tan extrema e inhumana como ésa provocó inevitablemente una reacción álgida por parte de algunos individuos preclaros de la sociedad afectada, y tal cosa sucedió precisamente incluso antes de que se extinguiera la Edad Media en Europa. Sobrevino como un impulso de cambio vehemente cuando soplaron los vientos del Renacimiento, los cuales demandaban con intensidad el uso de la razón y de la experimentación científica, para adaptar los conocimientos a la realidad objetiva y no la realidad a los conocimientos subjetivos. De manera parecida, los pensadores jonios de la antigüedad reaccionaron con un fuerte despliegue de racionalidad frente a las contradicciones e incoherencias de las creencias tradicionales e ilógicas de sus contemporáneos de otros paises (así lo comenta Carl Sagan en su libro COSMOS, editado en español en 1980, páginas 174 y siguientes).