¡Qué bien hablas! Los que somos muy feos y muy inteligentes conocemos esa horrible sensación de ver cómo la más deseada del instituto acaba en los brazos del guapo y fornido que es más simple que el mecanismo de un chupete. Jamás vino un bombón a preguntarme sobre Einstein o la teoría de cuerdas, todas querían ver como mis glúteos se convertían en piedra en la pista de baile. Por eso me quedé soltero hasta que los guapos y fornidos se acabaron y se fijaron en los inteligentes. ¡¡Bueno, en realidad en el único inteligente que quedaba soltero!!
Claro que.......¡¡Yo tampoco le pregunté a la buenorra del Insti sobre la música barroca y esas cosas...!!