Lo cierto es que hoy en día y gracias a Dios, las dictaduras van perdiendo protagonismo. Cuba, China buscan desesperadamente el camino hacia el capitalismo y las políticas liberales sin “traicionar” cara al pueblo los principios revolucionarios que se manifestaron ineficaces a través de los distintos fracasos que cosechó el comunismo a lo largo de la historia.

Las estructuras supra nacionales hacen cada vez más difíciles las aventuras en solitario de grupos o países que creen encontrar la Piedra Filosofal llevados de la mano de algún caudillo inspirado por el “más allá” o por ideologías “innovadoras”.
Podemos decir que tanto las dictaduras militares, como las dictaduras comunistas llevaron a los pueblos en los que se dieron al oscurantismo cultural y al retraso tecnológico. En unos casos fue más acusado que en otros, pero en todos el saldo para sus ciudadanos fue tremendamente negativo.
Constreñir a las sociedades e impedir el natural impulso creativo de sus gentes y la búsqueda de la libertad consustancial al ser humano, es un error que sólo se atreverán a cometer los que desconozcan el resultado que en el siglo XX tuvieron todos los que pensaron que eso era posible.
Ha quedado demostrado que por encima del bienestar, por encima de la búsqueda de la riqueza o de cualquier otra circunstancia, la convivencia en libertad es el único motor para el desarrollo y para la igualdad dentro de las naciones. No comprender esto es no comprender la historia de la humanidad.