En ocasiones nos encontramos en la vida desiluciones las cuales nos dejan la enseñanza de que a fin de cuentas se obtuvo algo de provecho de ello.

Les dejo una historia personal la cual deriva una experiencia:

Todo se derivo cuando tuve una novia hace muchos años la cual ame en demasía; ella a su vez se sentia insegura ya que su novio (Yo) no era universitario como ellos (Novios de sus amigas) sino un futbolista, aunque un servidor ya jugaba a nivel profesional a ella le encajaba mas el nombre de universitario lo cual fue degradando lo nuestro hasta la caida estrepitosa esperada despues de años de relacion.

Yo deje el futbol de forma imprevista y sin previo aviso e ingrese a la universidad dando por consecuencia que ella volviera a querer retomar nuestra relacion misma que yo ya no acepte, conclui mi carrera y de ella vivo hasta el dia de hoy no quejandome en lo absoluto por los resultados logrados.

Ella mencionaba mucho un dicho que dice: "La novia del estudiante nunca es la esposa del profesionista", creo que al poco tiempo esa frase le molestaba más que nunca.

La vida del futbolista dura poco y si tienes suerte de trascender a algún renombre quizas logres llegar a los 34-36 años jugando, la vida de una profesión universitaria no acaba nunca, es eterna y la disfrutas al igual a que si siguieras jugando hasta envejecer.

Gracias a tí, estés donde estés...¡¡¡; a alguien le ha pasado algo similar...?

Saludos.

Hervil