Cita Iniciado por Rusko Ver Mensaje
Milagro es una palabra “no-científica”. La conclusión llegada por el comité médico es que son curaciones inexplicables. La palabra milagro la ponemos los creyentes. ¿Por qué otros miles no?. No dudo que haya muchos más milagros, pero no estarán investigados por eminencias científicas. Me basta (materialmente hablando) con que quede demostrada la existencia de esos sesenta y tantos.
Eso es lo que digo, a los creyentes les basta con un "milagro" porque les da la esperanza que les "toque".


Los "milagros" de Lourdes

© Carl Sagan (*)

En 1858 se informó de una aparición de la Virgen María en Lourdes, Francia; la Madre de Dios confirmó el dogma de su concepción inmaculada que había sido proclamado por el papa Pío IX sólo cuatro años antes. Algo así como cien millones de personas han ido desde entonces a Lourdes con la esperanza de curarse, muchas de ellas con enfermedades que la medicina de la época no podía vencer. La Iglesia católica romana rechazó la autenticidad de gran cantidad de las curaciones llamadas milagrosas: sólo aceptó sesenta y cinco en casi un siglo y medio (de tumores, tuberculosis, oftalmitis, impétigo, bronquitis, parálisis y otras enfermedades, pero no, por ejemplo, la regeneración de una extremidad o una columna vertebral partida). De las sesenta y cinco curaciones, hay diez mujeres por cada hombre. Las posibilidades de una curación milagrosa en Lourdes, por tanto, son de una en un millón; hay tantas posibilidades aproximadas de curarse después de una visita a Lourdes como de ganar la lotería, o de morir en el accidente de un vuelo regular de avión. Incluso el que va a Lourdes.
La tasa de remisión espontánea de todos los cánceres, agrupados, se estima entre uno por cada diez mil y uno por cada cien mil. Si sólo el cinco por ciento de los que van a Lourdes fueran a tratarse un cáncer, debería de haber entre cincuenta y quinientas curaciones "milagrosas" sólo de cáncer. Como sólo tres de las sesenta y cinco curaciones atestiguadas son de cáncer, la tasa de remisión espontánea en Lourdes parece ser inferior que si las víctimas se hubieran quedado en casa. Desde luego, si uno se encuentra entre los sesenta y cinco curados, será muy difícil convencerle de que su viaje a Lourdes no fue la causa de remisión de la enfermedad. Post hoc, ergo propter hoc. Algo similar parece ocurrir con los curanderos individuales.
Después de oír hablar a sus pacientes de supuestas curaciones por la fe, un médico de Minnesota llamado William Nolen pasó un año y medio intentando analizar los casos más asombrosos. ¿Había alguna prueba médica de que la enfermedad estuviera realmente presente antes de la "curación"? Si era así, ¿había desaparecido realmente después de la curación, o era sólo lo que decían el curandero o el paciente? Descubrió muchos casos de fraude, incluyendo la primera revelación de "cirugía psíquica" de América. Pero no encontró ningún ejemplo de curación de ninguna enfermedad orgánica seria (no psicogénica). No había casos de curación, por ejemplo, de cálculos biliares o artritis reumatoide, mucho menos de cáncer o enfermedades cardiovasculares. Cuando se rompe el bazo de un niño, apuntaba Nolen, la recuperación es completa sometiéndole a una sencilla operación quirúrgica. Pero si se lleva el niño a un curandero muere en un día. La conclusión del doctor Nolen: "Cuando los curanderos tratan enfermedades orgánicas graves son responsables de una angustia e infelicidad inauditas. Los curanderos se convierten en asesinos".


(*) Fragmento del capítulo "Obsesionado con la realidad", incluido en El mundo y sus demonios (1995).