La imagen II ¡Cosas raras!

Desde que disponemos de fotografías de gran resolución de este curioso objeto, legiones de aficionados e investigadores de todos los campos, se han lanzado a la carrera de esclarecer los enigmas que presenta y a demostrar su autenticidad o su falsedad. Patológos y forenses fueron los primeros en advertir ciertas curiosidades sobre la frente del supuesto cadáver.
En la parte alta de la cabeza, a la altura de las sienes, y sobre todo en la parte posterior, había todo un reguero de pequeñas marcas de sangre que parecían corresponder con pequeñas heridas.

El problema que se plantea a la hora de interpretar estas marcas de sangre, es si verdaderamente era sangre procedente del cuerpo o por el contrario había sido puesto allí por tan descomunal artista. ¿Cómo saber esto?
Había que comprobar si la sangre correspondía a los vasos sanguíneos que se situaban en esos lugares. Y por otro lado, si se constataba esa correspondencia con arterias o venas del cuerpo del cadáver, qué traumatismo pudo causar esas heridas.
A la altura de la frente y los temporales, se han podido contar trece coágulos, unos más grandes y otros más pequeños. Cuatro de ellos forman regueros en distintas direcciones como si la cabeza hubiese estado en varias posiciones. En la parte posterior no se pueden apreciar las heridas dado el abundante pelo que parece haber, pero sí se ven distintas manchas de sangre que impregnan el cabello. Pueden llegar a contarse unas treinta que rodean la cabeza de forma peculiar y extraña.

Si hiciésemos el ejercicio de superponer la imagen de la Sábana con un modelo anatómico de los vasos y capilares de la cabeza, podríamos comprobar que los coágulos más grandes de la parte frontal y lateral de la cabeza corresponden con la vena frontal y también con la rama frontal de la arteria temporal.

Hasta 1593/1610 (Andrea Cesalpino) no se conoce el mecanismo circulatorio del cuerpo humano. ¿Quién fue le falsificador que TAMBIÉN conocía cómo circulaba la sangre por el cuerpo, 200 años antes de que se descubriera?

La mancha más importante en la frente y que hace forma de "3" invertido, se pensó en un tiempo que podía haber sido una exageración del artista que hizo la tela. Hoy en día ya no hay dudas de que esa acumulación de sangre en esa caprichosa forma, de debió a la contracción del músculo frontal debido al gran dolor y tormento al que se sometió al allí representado. Pruebas de laboratorio han constatado esta afirmación.

Estas extrañas heridas concuerdan con el relato bíblico de la pasión de Cristo. Algunos investigadores han hecho la simulación con cráneos y revestimientos de goma para comprobar las lesiones producidas por un casquete de espinas encajado a golpes, como se indica en los evangelios y la similitud estadística no deja lugar a dudas. Esas heridas fueron producidas por algo a modo de casquete que estaba recubierto de púas, espinas u objetos punzantes entrelazados.

Sólo conocemos un caso documentado de un ajusticiado en la cruz al que se le pusiese una corona de espinas a modo de mofa por su pretensión de ser Dios en la tierra y Rey de todo lo creado....

Aquí se puede comprobar algo de lo que he contado en este post soporífero.




Pd. Si fue el propio Leonardo.....¡¡¡¡No lo pasó nada bien el hombre!!!! ¡nada bien!