No, me temo que no, José Antonio.

Todavía ronda por mi memoria el infausto recuerdo de las torpísimas ministras del gabinete de Zapatero que, empeñadas en su cruzada personal pro-feminismo, dañaron más a la tan deseada y necesitada igualdad de sexos con sus medidas completamente estupidas y su lenguaje supuestamente igualitario.

Incluso la RAE se llevó las manos a la cabeza y algunas de sus "miembras" (usaré por sarcasmo el lenguaje "políticamente correcto" de la señora ministra) protestaron vivamente por aquel atropello a la lengua. Y la señora ministra, talibán como ella sola, siguió erre que erre, porque la señora se creía más liberal que nadie.