Si todo discurre por los cauces normales y después de la victoria pírrica del Partido Popular en Andalucía el pasado domingo, el Gobierno de la Junta de Andalucía volverá a estar en manos de la izquierda. Cuanto más avanza el Partido Popular más a la izquierda se sitúa el gobierno de la Junta. Esta vez, para compensar la pérdida de la mayoría absoluta por parte del P.S.O.E. y no perder el poder, la alianza, más que cantada, con Izquierda Unida es un hecho.
Con esta legislatura el gobierno de la izquierda va a llevar más tiempo en el poder de lo que estuvo Franco desde 1939 hasta 1975, completando un ciclo aún más extenso que la dictadura misma.
Franco, aunque era un dictador, llevó a España desde una situación de postguerra a una posición relativamente cómoda para nuestro país y sus gentes. Puede ser criticable si era más o menos dictadura o dictablanda, puede ser más o menos condenable su eficacia y el resultado de sus políticas. Aquello ya pasó. Lo que no acaba de pasar para Andalucía es esta situación de clientelismo, compra de votos, sumisión al poder e incultura endémica que lleva a mi pueblo a conformarse con las dádivas que se reparten para mantener a unos votantes cautivos por la "generosidad" de toda una nación con nosotros.

Cuando el socialismo llegó al poder en Andalucía, esta región era la última de toda España en renta per cápita, en industris, en producción, en sanidad, en servicios públicos y la primera en paro, tanto adulto como juvenil. Casi tras cuarenta años de gobiernos de izquierda...¡¡¡Hemos empeorado los números!!!

España crece y Andalucía cae en el abismo del nepotismo, la corrupción, los donativos con dinero público, la miseria y la incultura. España despega y Andalucía se estrella en la creencia ancestral de que la derecha es "la derechona" que viene a imponer no sé que cosa que les va a dejar sin la subvención de los 402 euros por miembro familiar que nos convierte en esclavos del poder y demandantes de cataratas de dinero improductivo, mísero y corrupto.

En fin...¡Otros cuatro años más! ¿Hasta cuando? Quizá hasta que Javier Arenas se de cuenta de que ya va siendo hora de dejar de perder elecciones.