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Tema: ¡oh, el maestro Schumann!

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  1. #6
    Fecha de Ingreso
    03-enero-2012
    Ubicación
    Lleida (Segrià -Catalunya/UE-)
    Mensajes
    1.098

    Predeterminado el...

    El Conservatori estaba a TOPE. Ma iaia, a.c.s., estaba, pues, FELIZ. Y, ¡vamos!, no menguó un ápice su inconmensurable gozo estar al cabo de la calle que ¡semejante lleno! SÓLO era debido a que las dos flötes eran las repelentes hijas del cacique del Butano, los dos oboes un hijo (medio tonto) y una sobrina (¡con unas orejas..!) del amo de los cines (de todos menos uno; que, era de las Filles de Maria), los dos clarinetes dos sobrinos (intratables al máximo) del arxiprest, los dos fagotts el hijo (no se decía eso en petit comité...) del director de la Campsa y la hija (creidísima) de la sobrina más querida del batlle, los dos cornos franceses otro insufrible hijo del cacique del Butano y el patán primogénito del capo de la Guardia Civil franquista (había que tragar tocara como tocara, claro..; eran otros tiempos...), las dos trompetes la hija (un caballo, bien sûr) de los dueños de las pastelerías con más pedigree y el hijo (más bruto que un arado -ma iaia, a.c.s., decía que era lo lógico con una madre xarnega-) del director de la M.I.S.A. y el cello la estiradísima -conmigo menos porque éramos familia; debo decirlo, sí- pero, eso sí.., guapísima hija del amo de la funeraria que tenía la exclusiva de los entierros en la comarca entera (quizá, entonces, el MÁS rico de la ciudad). La sección de cordes era personal, para el publique de aquella noche, sin interés. Eso sí: ma iaia, a.c.s., se cobró el curro que se tomó organizándolo todo IMPONIÉNDOME ¡a mí! de pauke y NEGÁNDOSE a hacer las presentaciones en castellano porque, se excusó.., lo hablaba con cierta dificultad. Claro, claro, claro..; a alguien como ma iaia, a.c.s., hasta el capo de la Guardia Civil franquista se lo pasaba (¡su mujer SÓLO esperaba de la vida ser saludada siquiera una vez por una dama de las que ella sólo sabía existían por las películas!; así que...).

    ¡SÍ!; ma iaia, a.c.s., sabía lo frágil que es toda convención..; y, por tanto, además de saludar ¡y, hasta hablar! tanto a la mujer del capo de la Guardia Civil franquista como a su hermana (que, por entonces, era la novia del hijo del jefe local e inspector comarcal de Falange), se ESMERÓ como sólo ella sabía, cuando lo consideraba oportuno y conveniente, esmerarse: todas y cada una de las señoras que contaban recibieron de obsequio una cajita colmo del exquisito primor con, cette éclosion!, una de las orchidées de ¡su galería!; el Conservatori, además, era un auténtico jardín (la dueña de la librería par excellence -cuñada, por otra parte, de nuestros familiares de la funeraria par excellence- y la dueña de la floristería par excellence -madrina de bautizo de la del cello-, amigues de tota la vida, a cambio de que la cajita de las orchidées y los lacitos de los ramos de flores llevasen clarísimo el nombre comercial y que lo habían hecho gratis -y, de unos ansiadísimos esquejes de orchidaceae-, claudicaron, aparentemente, sin dolor).

    El pater que llevaba lo del Domund (SÍ: ése era el motivo oficial del evento) era quien recibía en el umbral. Junto a una caja que iba llenándose con los sobres que -SIEMPRE el marido, el padre o el hijo- se le iban entregando conforme se llegaba, claro.

    Ma iaia, a.c.s., organizó como intro del evento una especie de desfile en que una representación de cada escuela de la ciudad y la comarca traía unos saquitos con sellos usados que se iban dejando a ambos lados del escenario. ¡No pueden imaginarse ustedes el MONTÓN de saquitos que se trajeron..!

    Yo, desde las bambalinas, miraba con cierto hastío ya cuando llegó el momento en que ma iaia, a.c.s., explicaba, entregadísima, que el maestro (que lo compuso entre, concretamente, el 10 y el 24 de octubre de 1850 cuando era director musical en Düsseldorf) NUNCA lo había ejecutado públicamente (la primera vez que se hizo, cuatro años después de su muerte, fué el nueve de junio de 1860 en el Hochschule für Musik und Theater "Felix Mendelssohn Bartholdy" Leipzig en el concierto conmemorativo del cincuentenario del nacimiento del maestro con el maestro Ludwig Ebert de solista)... Y, ya era lo bastante mayor como para cubicar que a ma iaia, a.c.s., ¡le importaba un ardite que NO se supiera la diferencia entre Konzertstück (así es expresamente denominado por el maestro) y Konzert! porque a mí ya me la había explicado. Eso sí: insistió una y otra vez en que se abstuviesen de aplaudir entre el Nicht zu schnell y el Langsam (un hermosísimo homenaje a su esposa) y entre éste y el Sehr lebhaft; pero, NO se molestó -como sí había hecho conmigo en su momento- en aclararle al publique que el maestro, que ODIABA al MÁXIMO se le aplaudiese entre movimientos, ya compuso ab origo SIN pausas los 25 minutos que dura, tres veces la nariz en el suelo, la obra maestra (quizá su MÁS osada y aventurera composición, vraiment). Simplemente, damas y caballeros, insistió en que NO se aplaudiese hasta el final; punto pelota.

    Para mí, francamente.., fué una TORTURA, ¡no el coñazo del pauke, no (eso, simplemente, era un tostón que, digamos.., iba con el sueldo de nieto)!, sino ¡ver la cara de ma iaia, a.c.s.! reflejando todo el HORROR que sentía ante tal o cual estornudo, todo el ESPANTO que le embargaba cuando oía murmullos, todo el SUFRIMIENTO del que se dolía a cada fallo ¡de aquellos/as ejecutantes! ¡Ay!; ni siquiera consiguió que mon iaio, a.c.s., aguantase ¡25 minutos! a su lado. Ella, que era como era.., huyó de que mi mirada se cruzase con la suya y PURGÓ (mirando tó el rato como cuando la reina Marie-Antoinette haría que miraba a la última puta de Louis XV cuando tuvo que allanarse a hacer que le hablaba en público) lo que ella, cuando llegamos a nuestro home, se allanó a considerar un pecado de engreimiento por su parte (organizó más cuestaciones del Domund, claro..; pero NUNCA más, en el evento final, hizo que se hiciera otra cosa que recitar poemitas y similares).

    Hoy, damas y caballeros, estoy llorando a lágrima viva escuchando la transcripción del famosísimo Konzertstück para cello en A menor realizada para violín por el propio maestro Schumannn (una auténtica rareza grabada en un reciente CD de la prestigiosísima Onyx Classics, ciertamente) ejecutada por el maestro Philippe Graffin porque, ai làs!, he recordado aquella noche...

    ¡Qué daría yo por tener la posibilidad de re-escribir la historia y redactar para aquella noche una ejecución así!

    Ma iaia, a.c.s., se lo merecía.

    ¡Vaya si se lo merecía..!

    Eso, damas y caballeros, por lo menos.

    ¡Dios!, ¡qué daría yo por haberle podido ahorrar aquel HORROR, aquel ESPANTO y aquel SUFRIMIENTO!

    ¿DÓNDE estaba entonces, maestro Philippe Graffin?

    Siempre, en cualquier caso, a su disposición, mes amis/es.

    Jaume de Ponts i Mateu
    Última edición por Jaume de Ponts i Mateu; 10-feb.-2012 a las 14:09

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