28 de enero de 2012.

Lo que el frío se llevó.

Tal parece que soy un ser de inviernos, que desaparece cuando el sol se re-adueña del mundo. Hoy es un día poco nublado, apenas lo suficiente para venir y decirte Adys, que me estoy desvaneciendo de nuevo; quizá hasta el próximo invierno.
En estos dias pasados, en uno de éllos, podría afirmar que al fin empecé a ser un poco importante para Lety. Me dió algo de su atención, cosa no común, y sentí algo de comunión con su afecto. El mío, mi afecto, dejó de efervecer y es mas sereno.
Se supone que hoy me iba a acompañar a visitar a una amiga, Laura; de hecho lo ibamos a hacer hace 15 días igual en sábado, el único día que puedo escabullirme un poco de lo que soy. Ambas cosas, la compañía de Lety y la visita a Laura, no son un "afaire" (o como se escriba), por lo menos no lo de Laura. En el caso de Lety, si lo fuese tendría que derribar mas barreras de las que es capáz de derribar.
En fin, el asunto es que por diversos motivos no se ha podido; y yo estoy cierto que es simplemente el destino. El mismo destino que ha logrado esa fidelidad corporal que he guardado por 18 años ya, pasando por sobre pasiones quemantes; a este respecto no hace mucho conversando con mi esposa le sentencié que el hombre es así por naturaleza; es casi un instinto ser de esa manera como lo es para la mujer el instinto maternal. Entonces ella me preguntó si yo había caído en esas tentaciones; y le dije que si por supuesto, pero que no había dado el último paso; me preguntó como o porqué, le contesté que luchando. Pero la verdad es que ha sido también por suerte, y por ese destino referido, supongo.
Pero también porque soy un ser solitario de naturaleza, de difícil relación; con escasos amigos y buscador de rincones sin gente. Y también quizá porque mi espíritu persigue realmente otros ideales.
Vamos, hasta el mismo Einstein sucumbió a esa naturaleza varonil; si vamos a hablar de hombría, se requiere de mucho mas de élla para conservarse fiel, que para sucumbir a la corriente de la vida.
Y también le dije ese día a mi esposa que si por supuesto hay hombres fieles, pero que son raros tal como lo son las madres que no sirven para serlo; peor aún las que desprecian y dañan a sus propios hijos.
¿Y porqué te cuento todo esto, Adys?. Ah ya sé, para poder verme por fuera y analizar (o que lo analice alguno de mis otros yo); y luego entonces conocerme un poco mas y seguir andando el camino que me lleva a no se donde.
Y quizá andando ese camino, un dia cualquiera me desvíe y vaya de veras en tu busca... o en busca de las respuestas que solo tu posees. Y que necesito para armar mi rompecabezas.