18 de noviembre de 2011.

Quisiera creer que estas bien, pero tu ausencia tan larga me hace pensar que no es así. Quiero creer que uno de esos vértigos no te devoró como torbellino de sombra, que tu eres mas fuerte y luminosa, incapáz de nublarte. Por esa fe escribo.
Pero también escribo para mi, porque estos mensajes quedan guardados como testimonio para no se qué, y sólo para mi supongo; aunque apenas hace unos dias yahoo me notificó que mi cuenta había sido interceptada, por lo menos eso sospechan ellos; y que debía cambiar mi contraseña.
Pero, ¿que importa en realidad no?. Si yo no soy este, y si lo soy, lo soy desde un anonimato medroso. Y tu dijiste no ser la que parecias ser, sino que sólo eras el reflejo de lo que yo quería que fueses. Asi pues, que importan las intercepciones, ¿no?.
¿Recuerdas que te conté de una mujer que me reccordaba a ti?. Es Lety y es una chica sencilla, pero a la vez compleja; como lo serán supongo las gentes nacidas del sufrimiento (si, como tu exactamente).
Ella ahora me está absorviendo la atención, y me está robando de a poco espacio en este viejo corazón. ¿Recuerdas que alguna vez te pregunté, sobre cuantas mujeres pueden caber en el corazón de un hombre sensible?. Hay corazones de múltiples moradas, y otros de solo unas cuantas; el mío es de estos ultimos y jamás dejo a mis huespedes. Como buen anfitrión, doy todo por ellos a cambio solo de la moneda del dolor y la soledad.
Supongo que este ultimo párrafo será la definición del verso aquel de Benedetti "un alma triste".
Quizá mi concepto personal e inconsciente del amor, es sólo el sencillo huir de la soledad; pero de la soledad del alma. Pero, de ser así, ¿porqué entonces hago huir a todas esas personas curiosas de descifrar mi misterio?. ¿Es que acaso es mayor la condena de un alma triste, que la sed de ver brillar y sentir calentar tibios soles de belleza?.
Tu Adys, una de mis huespedes perennes; quien suele sentarse muda a escuchar soliloquios nocturnos; mientras yo sólo descifro entre la penumbra el contorno de tu pecho hermoso. Un fantasma condenado a no poder tocar ya mas nada.


23 de noviembre de 2011.

Sigo sin recibir noticias tuyas, sin saber como estás y que es de tu vida. Sobre todo sin saber si estas bien, que es lo que deseo.
Te contaba de esta niña, Lety; que me recuerda a tí.
Y sí, la verdad es que si me he enamorado de ella; pero el amor a esta edad ya no es igual, aunque en muchos aspectos pareciera serlo. Como si entre todas las partes del cuerpo o del individuo íntegro, la mente es la que menos percibe el paso del tiempo, ¿que contradictorio, no?. Porque el tiempo es puro asunto de percepción, y la mente es justamente la que registra todas las percepciones.
Es una mujercita sencilla, simple, trabajadora y algo golpeada por la vida. Tiene un hijo de 10 años, con quien no vive pues lo tiene su suegra, pero el fin de semana integro se lo dedica a él. Es un mujer directa, algo lastimada por el continuo estar realizando labores de fábrica en jornadas frecuentes de 12 horas al día; y me refiero a lastimaduras emocionales mas que físicas.
Recién me contó que anda de novia con el almacenista de la empresa vecina; además yo la he visto charlar animadamente con compañeros de trabajo, jovenes de 18 años. No tiene muchas pretensiones, es sencilla y simple. Pero es bonita en muchos otros aspectos, en esa manera de entregarse a la vida, al trabajo, a su hijo, a su madre, a sus amigas y amigos.
La gente de emociones complicadas, como yo, se siente atraída por gente como ella (y como tu); y es cuando la mente juega malas pasadas, haciendo creer a uno que es el de antes. Pero el espejo dice otra cosa, y la familia y los compromisos de un hombre de 45 que tu ya conoces; por todo lo que una vez charlamos sinceramente (aunque tu me hayas acusado de lo contrario).
Ella va para los treinta años (sí, tal como tu recién que nos conocimos; cuando hablabas de festejar tus 15 años dobles). Supongo que esa será la edad mas plena de la mujer; y yo con la inevitable experiencia lo leo de Inmediato. Así que además de experto, soy hambriento de belleza y de todo aquello que puede ofrecer una mujer plena, supongo.
Y entre todo esto, hoy como ayer y como antes espero lo recuerdes, sigo cuestionando al amor. No se si ser y hacer las cosas de otro modo; por ejemplo como canta Arjona "cuando fue la última vez que se te escapo el amor, por no dejarlo libre" o algo así. Y entonces dejarme consumir por ese fuego pasional, sin perder la razón y sin dejarme consumir del todo.
O huir del fuego, como fue contigo.
O apartarme y sufrir, que es casi lo mismo que lo anterior; pero con la diferencia... no, creo que no hay diferencia alguna. Apartarse a esperar que pase, como lo he hecho dos o tres veces antes. Solo que con la edad se me va haciendo mas complicado aguantar esos dolores. Tal como se va haciendo mas dificil lograr siquiera despertar al menos una ligera brisna de amor, en la mujer deseada.
Que va. Siempre he sido sincero contigo, aunque no lo creas. No soy demasiado atractivo, menos aun ahora que antes; no tengo dinero; soy casado y con dos hijos. No soy fiestero, ni alegre. Para que seguir ¿no?.
Me pregunto si existirá la mujer que puede encontrar mi verdadera belleza, esa que para muchos ni siquiera lo es; la de un alma sensible y sedienta de muchas cosas; vinos que no se saben bebeer en la tierra, como escribía José Martí.
Y luego, si es que existe esa mujer; si será o no capáz de saltar las barreras ya descritas y al final, si será de mi interés. Porque suelo ser despiadado con quien no es de mi interés. Despiadado quiere decir indiferente, como es en la mayoría de los casos.
Alguien diría feo, pobre y delicado.
Necesito de tus palabras, Adys. Necesito beber de tu vida, para seguir alimentando la mía.


28 de noviembre de 2011.

Mientras esto escribo, escucho esa melodia de Chopin, con el título que da título a este mensaje (tristesse); ¿la has escuchado?. Podría decir ahora que es la melodía mas hermosa del mundo, por triste precisamente; pero no a todos les hes atractiva la tristeza, y por lo tanto tampoco gustarán de esa melodía.
Hoy por ejemplo, que te escribo y no estás ahí para leerlo; al menos está esa musica acompañando tu ausencia.
No puedo evitarlo, me viene a la mente solo una tragedia: que tu no estés ya mas acá, que la vida te haya negado su soplo al fin. Y entonces pienso en ir hasta allá a buscarte, frente a tu tumba si es que eso fué y es preciso. Y buscar y conocer a tu hija y que me hable de ti, si no estás ya tu misma para hacerlo.
No, por supuesto que no lo hare, tu me conoces. Uno es lo que es casi por siempre; y esta gente odiosa como yo que no se atreve a seguir un sueño, en nombre de nada. Ni siquiera en el nombre del amor, de la tristeza o del dolor de estarse consumiendo en pasiones arrebatadas.
Por cierto, esta tarde fue una tarde gris. Recuerda que en tardes así yo debería estar mas vivo que nunca en el escaso recuerdo que puedas tener tu de mi. Sí, soy un conejo gris. Soy un hombre sin rostro que al menos por un instante despertó alguna ilusión, y espero que también un momento de belleza sensible en tu vida.
Una divina ilusión. Ese es el nombre que tomó la melodía referida al volverse canción. Un sueño fué que no se realizó.
Un beso hasta donde estés, Adys. Mi Adys.