Era un cabrón y malo en las pistas. Cerraba para tirar al contrario cuando le adelantaban.
Lo menos malo que le pudo haber pasado es que le pisara el cuello su mejor amigo.
De deportista tenía bien poco y ya le habían retirado el saludo mucha gente.
Lo de bicho malo nunca muere, en este caso no se ha cumplido.
Ha habido justicia. Descanse en paz.