Las famosas misas negras de la señora Montvoisin, más conocida cómo LaVoisin, empezaron en 1666, y no se detuvieron hasta 1679.

La Dama había adquirido una casa abandonada, en la calle Beauregard, cuando su celebridad empezó a acariciar la gloria; ya que incluso la corte de Francia recurrió en más de una oportunidad a sus dotes de Pitonisa y de fabricante de venenos.

Durante su proceso, LaVoisin reconoció que había instalado en su casa un horno, en el que hacía incinerar diferentes cosas; sobre todo el fruto de los abortos que realizaba. Se dice que allí quemó a unos 2000 pequeños cuerpos, no sin antes preparar con sus cuerpos la famosa grasa humana necesaria en los ritos satánicos.

LaVoisin recurría a sacerdotes católicos para celebrar sus misas negras; se cita en algunos documentos al abad Guibourg, al abad Guignard, párroco de Bourges. Se llegó a hablar también del abad Bartolomé Lemeignan, de San Eustaquio, quién al menos habría degollado a dos niños.

Esta oscura dama levantó un altar en su jardín. Adornó el macabro santuario con seda negra, tabernáculos, cirios y cruces tenebrosas. El procedimiento era el siguiente: la mujer que encargaba la misa (normalmente una gran señora) debía estirarse sobre el altar, desnuda, con los brazos en cruz, sosteniendo un cirio en cada mano. El abad Guibourg, que era quien normalmente oficiaba las misas, extendía sus utensillos sobre el vientre de la mujer y depositaba el cáliz encima. Le besaba los senos e invocaba a Satanás con frases blasfemas. A continuación resumo una de las tantas actas procesales:

"...terminadas ciertas operaciones blasfemas, Guibourg se despojó de su manto y apareció vestido con los hábitos del culto al que iba a profanar una vez más. LaVoisin le miraba en silencio, con marcada impaciencia. Al fin entró una joven llevando en brazos a una criatura. Al mismo tiempo, LaVoisin se quitó el manto de terciopelo que conservaba puesto. Desató el cinturón dorado que ceñía los velos casi transparentes con los que iba vestida, y bajo los cuales estaba completamente desnuda.