Una foto arrugada sobre la mesita.
Tus dedos trémulos se pusieron al paso.
Mirando a la tableta "quien te necesita"
murmuraste y en seguida las tenías en el vaso.

Amasijo de cartas de abril perfumadas.
Sobre tu pecho fue un miedo, un latido.
Entonces la angustia y pasiones aladas,
entonces la soledad y el amor perdido.

Cuánto amor en toneles. Amor añejo.
Cuánto odio en las copas. Copas maduras.
De tu risa de niño a un llanto viejo.
Vid morada de inmarchitables amarguras.

Enseguida la tenías entre tus brazos.
Un instante de nieblas y la desconocida
que ataste a vos con besos como lazos,
ya no te miraba más y volvió a estar perdida.

Hoy las sábanas te llevan de nuevo en sueños.
De nuevo los abrazos nocturnos te abandonan.
Un poema maldito al que quisieras darle dueño
y las espinas más tiernas a tu frente coronan.


Escrito hace seis meses