De lejos gana el cristianismo. De lejos. Empezaron matando paganos con Constantino y luego imponiendo a filo de espada su fe. Se extendieron cuál verdolaga con ella por todo el mundo. Crearon sus órganos de censura, de control de pensamiento, de espionaje, de ejecución, sus centros de adoctrinamiento educativo.

El cristianismo ha sido tan jodidamente asesino que incluso entre ellos mismos se han matado todo el tiempo. Desde los cismas en torno a las interpretaciones heterodoxas del cristianismo teológico hasta los papados de poder en donde asesinatos por envenenamiento y todo tipo de crímenes han poblado su historia.

La biblia, ese viejo testamento, esa pléyade de poesía a la ultra violencia, la misoginia y el crimen. Un misántropo encuentra regocijo leyendo el Levítico y todas las atrocidades que Yahveh comanda a a realizar en nombre suyo. Un libro de amor. Aunque habría que interpretar que clase de amor es ese.

Hoy tratan de lavarse las manos con los musulmanes como si con eso nos olvidaremos de su pasado y las pernicias y perversidades de su presente pero la amnesia del vulgo no los salva de la realidad. Son la religión más asesina de la historia.