Los seudónimos de los evangelistas

Ni Marcos se llamaba Marcos, ni Mateo era Mateo, ni Lucas era Lucas ni tampoco Juan era Juan. Esta es la teoría de Donald Guthrie, doctor en la Universidad de Londres, quien en los años 60 publica un libro titulado 'New Testament Introduction' en el que teoriza sobre que la designación de sus nombres se produjo en torno al siglo II. Según Guthrie, en aquella época era muy frecuente el uso de seudónimos por parte de testigos de hechos. Además, de acuerdo a su análisis del Nuevo Testamento, en ningún momento ninguno de los evangelistas llegan a reconocer que estaban ahí, presenciando las hazañas y los milagros de Jesucristo.


Los evangelios se contradicen entre sí

Otra de las razones que hacen dudar de que los hechos de Jesucristo fueran reales es que las crónicas que existen sobre él y sus hazañas en momentos pueden llegar a contradecirse entre sí. Según un reciente artículo de 'Alternet' que ha recopilado algunas de estas ideas, el evangelio de Marcos en concreto es la biografía de Jesús más antigua que existe y que tanto Lucas como Mateo le reelaboraron con correcciones propias y material nuevo. Lo más llamativo es que "se contradicen entre sí, y aún más, contradicen el evangelio de Juan, el cual fue mucho más tardío", ya que "fueron escritos bajo diferentes objetivos y para distintos tipos de público".


Hay varios "Jesús" (el real y el mitológico)

Según el autor al que queramos recurrir, nuestras creencias o la fe de la que profesemos, nuestras impresiones sobre Jesús variarán de manera diferente. Algunos eruditos le reconocen como un filósofo cínico, otros como un fariseo liberal, un revolucionario carismático o uno de los primeros pacifistas de la historia. Incluso se le ha llegado a calificar de feminista (lo cual no es del todo extraño, ya que entre sus personas de confianza destacaba María Magdalena, una prostituta que bien podría servir para denunciar los males del machismo de la época).