Fehaciente
Del ant. fefaciente, y este de fe1 y el ant. faciente 'que hace'.
1. adj. Que hace fe, fidedigno.
Sin.:
- fidedigno, irrefutable, irrebatible, evidente, indiscutible, cierto, obvio.
Fehaciente
Del ant. fefaciente, y este de fe1 y el ant. faciente 'que hace'.
1. adj. Que hace fe, fidedigno.
Sin.:
- fidedigno, irrefutable, irrebatible, evidente, indiscutible, cierto, obvio.
Última edición por ELB; 07-mar.-2024 a las 08:54
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
Los evangelistas también buscaron profecías para acoplarlas a Juan el Bautista. Observen cómo cambian los pronombres: “ti” y “mí”, y modifican o eliminan los signos ortográficos para que algo diga lo que no dice. Marcos incluso toma versículos de dos profetas, para que la profecía resulte más redonda.
Ahí está la muestra:
“Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2 Conforme está escrito en Isaías el profeta: = Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. = (*1)
3 = Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas, = (*2)
4 apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados”.
(Marcos 1:1-4 - Biblia de Jerusalén)
“Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea:
2 «Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos.»
3 Este es aquél de quien habla el profeta Isaías cuando dice: = Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. =” (*2)
(Mateo 3:1-3 - Biblia de Jerusalén)
“como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: = Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; =
5 = todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. =” (*2)
6 = Y todos verán la salvación de Dios. =
(Lucas 3:4-6 - Biblia de Jerusalén)
“Dijo él: «Yo soy = voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, = como dijo el profeta Isaías.»” (*2)
(Juan 1:23 - Biblia de Jerusalén)
Veamos ahora lo que dice el Antiguo Testamento:
*1 "He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, [...]"
(Malaquías 3:1 - Biblia de Jerusalén)
(*2) "Una voz clama: «En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios.
4 Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado; vuélvase lo escabroso llano, y las breñas planicie".
(Isaías 40:3 - Biblia de Jerusalén)
No pierdo mi tiempo con ignorantes y fanáticas de los dioses. Lee y aprende ...Iniciado por ELB
La mayoría de los arqueólogos en Israel no dudan de que el rey David fue una figura histórica, y toman como prueba una leyenda que reza "La casa de David" encontrada en unas excavaciones en el norte de Israel.
https://es.wikipedia.org/wiki/Estela_de_Tel_Dan
En el texto, Hazael (o más precisamente, el rey cuyo nombre no consta) alardea de sus victorias sobre el rey de Israel y su aliado el rey de la "Casa de David" (bytdwd). Su hallazgo constituye la primera vez que se encuentra una inscripción con el nombre de David y su dinastía fuera del contexto bíblico.1?
Lo que aún perdura de la inscripción, que data del siglo ix a. C., detalla que un individuo mató a Joram, el hijo de Acab, rey de Israel y rey de la "Casa de David". Estos escritos corroboran el relato bíblico del Segundo Libro de los Reyes (3:1 a 27), en el que menciona que Joram es hijo del rey israelita Acab, y de su esposa fenicia Jezabel. Aplicando un punto de vista bíblico a la inscripción, el candidato probable para haber erigido la estela es Hazael, un rey arameo, cuyo idioma habría sido el arameo,
Si bien la Estela de Tel Dan es una prueba bastante consensuada acerca de la existencia de una dinastía davídica, existen otros hallazgos arqueológicos menos contundentes sobre la existencia del Rey David:
• En la Estela de Meshá o estela Moabita, aparece la expresión "Ariel Doda". Siendo que en hebreo la letra "vav" puede ser pronunciada como "v" o como "o", hay quienes interpretan este pasaje como "Ariel David", que significaría "héroe de la Casa de David". Al respecto, en los últimos años, hay cada vez más consenso sobre esta interpretación.
• El llamado "palacio del Rey David", descubierto por la arqueóloga Eilat Mazar, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, está situado en el parque arqueológico de "Ciudad de David" y la Prof. Mazar argumenta haber encontrado una estructura monumental del siglo -XI o -X. Ella interpretó que esa estructura era el palacio del Rey David, interpretación poco consensuada por la mayoría de los especialistas.
• El Prof. Yosef Garfinkel, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, encontró en un lugar llamado Khirbet Qayafa (a unos 40 kms. hacia el noroeste de Jerusalén), una fortaleza de la época de David, a quien él identificó con la bíblica Shaarayim. Aunque no hay ninguna prueba concreta de la existencia del Rey David, esta fortaleza, según Garfinkel, demuestra que el reino de David era poderoso y trascendía las fronteras de Jerusalén.
Para resumir, no se ha encontrado ninguna inscripción que mencione directamente al Rey David. Sin embargo, la Estela de Tel Dan es un testimonio extra bíblico que demuestra en forma fehaciente que existió, al menos hace 2.800 años, en esta región del mundo, una dinastía llamada “La Casa de David”. Eso lleva a la conclusión natural que quien debió haber creado esa dinastía no es otro que un "tal David". Lo interesante es que cuando abrimos la Biblia, leemos que todos los reyes de Judá, a diferencia de los reyes del reino de Israel, eran descendientes del Rey David.
Moriah International Center
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Todo falsa propaganda judía es lo que os meten a las ovejas.
La Biblia, tal y como la conocemos, fue recopilada por primera vez en la historia en el siglo III antes de Cristo, cuando setenta sabios judíos fueron invitados por el rey Ptolomeo II a acudir a Alejandría para aportar a la famosa biblioteca la historia del pueblo de Israel (lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento). Durante meses, pusieron por escrito la memoria de miles de años del pueblo de Israel, desde Adán, hasta Moisés, incluyendo los libros históricos, sapienciales y proféticos.
Su trabajo se tradujo del arameo y hebreo antiguos al griego. Así nació la llamada Biblia de los Setenta o Alejandrina (también Septuaginta), en la que se basa el texto cristiano actual.
Una recopilación hebrea de la historia de pueblo de Israel, llamado texto masorético ('tradición', en hebreo), se hizo en el siglo IX DC. Es la versión hebraica que no incluye el Nuevo Testamento.
El Nuevo Testamento y la recopilación de los Evangelios que retrataron la vida de Jesús, tuvo numerosas fuentes y autores. El papiro más antiguo del Nuevo Testamento es un fragmento de Juan que data de los años 125-130 d.C.
Sin rastro físico
De aquellos originales de la Biblia alejandrina, al igual que los textos de los filósofos griegos presocráticos, no hay ningún rastro físico. Todo aquello se esfumó debido a los saqueos e incendios de la legendaria biblioteca, pero también debido a su débil soporte de transmisión: el papiro, la vitela y el cuero, no resisten el paso del tiempo. Lo mismo sucedió a los escritos evangélicos
¿Cómo sobrevivió ese conocimiento?
Durante años, se han hecho miles y miles de copias de copias. Sin embargo, eso produjo una duda hermenéutica: "Los textos antiguos fueron copiados por batallones de escribas, frecuentemente en los monasterios, y sufrieron numerosas afrentas que van desde la simple falta de ortografía o de atención del copista, hasta la correccción doctrinal y voluntaria", afirman Roselyne Dupont-Roc y Philippe Mercier enLos manuscritos de la Biblia (Ed. Verbo Divino). Como cada copia siempre tenía algún error de interpretación o de transcripción, la paleografía cristiana se ha esmerado en comparar copias con otras copias para recomponer un texto lo más parecido al original.
¿Se había hecho un buen trabajo o había pasajes falsos o equívocos? ¿Estaban los cristianos de todo el mundo confiando en unos textos erróneos?
Los manuscritos del mar Muerto
Cuando dos pastores beduinos penetraron por error en 1947 en una cueva en busca de una cabra perdida, y descubrieron antiguos rollos encerrados en vasijas, se desató una de las disputas paleográficas más fascinantes de la historia.
Esos rollos contenían extractos o pasajes enteros de los libros de la Biblia. Se les denominó los rollos del Mar Muerto. Procedían del año 150 a.C hasta el 70 d.C. Muy pronto surgieron teorías curiosas sobre su contenido: unos afirmaban que esos textos daban una vuelta a los Textos Sagrados, los cuales habían sido deformados a lo largo de los siglos por la historiografía cristiana.
Otros, añadieron que la Iglesia no quería dar a conocer su contenido pues contenían reveladoras contradicciones sobre Jesús. Los hubo que dijeron que era el mejor testimonio del Nuevo Testamento, y hasta que Jesús formó parte de la comunidad de los esenios, la secta enigmática que había escrito y guardado esos textos en vasijas.
Nada de eso es verdad.
Los textos hallados en las cuevas de Qumrán, a orillas del Mar Muerto, son fragmentos procedentes de unos 800 manuscritos que, en su origen, se presentaron en forma de rollos. Muchos de esos manuscritos son copias de copias, pues en la antigüedad, el papiro era desgraciadamente, la forma más popular de transmitir el saber. Y el papiro se deteriora fácilmente.
Antiguo Testamento
¿Qué contenían entonces? En parte son textos bíblicos, del Antiguo Testamento, y en parte son textos religiosos no bíblicos de diverso signo, como reglas morales y legales. Existen unos 200 manuscritos bíblicos entre los que se encuentran 32 copias del Libro de los Salmos, 28 copias del Deuteronomio, 21 copias del Libro de Isaías, citas ínfimas (los teffilim, o pequeñas tiras de cuero), con citas del Éxodo y del Deuteronomio, tiras que se ponían en un estuche y que se llevaban en el brazo o sobre la cabeza.
Los manuscritos esenios permitieron completar algunos pasajes oscuros de las Sagradas Escrituras, pero no descubrieron nada realmente fascinante, a pesar de que se trató de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX.
Reconstrucción exacta
Al cotejarse los manuscritos de Qumrán con las versiones modernas de la Biblia, muchos exegetas y paleógrafos respiraron tranquilos al comprobar que la historiografía cristiana, después de todo, había trabajado con enorme exactitud: había logrado componer unos escritos sagrados bastante certeros.
Los manuscritos de Qumrán demostraron que el trabajo de los doxógrafos y paleógrafos cristianos fue serio y atinado durante siglos, y que en Qumrán solo había textos del Antiguo Testamento.
Y a pesar de que, más recientemente, el padre Josep O'Callahan, (experto papirólogo), vio en algunos de estos trozos de Qumrán pequeñas frases del Nuevo Testamento, un examen más profundo constató que la vida de Jesús no estaba recogida en los manuscritos.
¿Quiénes eran estos esenios?
Según se desprende del texto referido a la Regla de la Comunidad, los esenios eran un grupo judío "fuertemente estructurado, con su propia jerarquía y sus funcionarios, cuyos miembros ponían en común todos sus bienes, participaban en comidas comunitarias, y se hallaban sometidos a una disciplina muy estricta, con penas y castigos para cualquier transgresión", comenta Florentino García Márquez en la reseña 'Los manuscritos de Qumrán'. En suma, un grupo de judíos conviviendo hace más de dos mil años bajo mismas reglas que los kibutz del siglo XX.
¿Por qué se habían retirado al desierto, imitando al profeta Isaías? Según se desprende de otro texto encontrado en Qumrán, (la Regla de la Guerra), se llamaban a sí mismos Los Hijos de la Luz, se habían retirado para purificarse, y esperaban volver a Jerusalén "al final de los tiempos", después de haber vencido a Los Hijos de las Tinieblas.
Los textos del Mar Muerto son públicos desde 1991, cuando las autoridades arqueológicas de Israel (que controlan el acceso a los documentos desde la Guerra de los Seis Días en 1967), permitieron la libre consulta a todos los documentos. Desde esa fecha, se han ido fotografiando, y desde hace pocos años, se podían consultar en internet en este formato. Pero ahora, con Google, se pueden consultar de una forma mucho más cómoda: digitalizados. Y además, Google Maps aporta la localización exacta de aquellos manuscritos.
¿Y la vida de Jesús?
Aunque parezca increíble, reunir las partes del Nuevo Testamento fue una tarea incluso más ardua para los eruditos. Tras la muerte de Jesús, en la primera mitad del siglo I, sus milagros y obras fueron pasando de boca en boca hasta extenderse por todo el Mediterráneo. En la segunda mitad del siglo I había decenas de versiones: en siríaco, en copto, en latín, en griego culto, en armenio.... Algunas coincidían. Otras no.
El caso es que a medida que pasaba el tiempo, aumentaba el número de versiones. Cuanto más famoso era Jesús, y más se extendía el cristianismo por el mundo, más difícil era encontrar 'la versión' fiable de su vida.
En el 370 se elaboró una lista que contenía cuatro evangelios creíbles, además de epístolas o cartas de San Pablo, hechos de Apóstoles y el Apocalipsis de San Juan. En un concilio celebrado en 397 después de Cristo fueron consagrados después de cotejar unos con otros, y descartar varias versiones.
- El evangelio de San Mateo es el más directo pues Mateo fue uno de los discípulos de Jesús, a quien fue encomendada una misión de apostolado por el mundo.
- San Marcos y San Lucas no conocieron a Jesús pero oyeron de él por los relatos de San Pablo. Eran sus discípulos.
- Por último, está el evangelio de San Juan, el más joven de los discípulos. Este evangelio diferente a los otros tres en su redacción y en su estilo.
Ahora bien, estos evangelios pudieron haber sido escritos por ellos, o por comunidades de fieles que recogieron estas versiones y las compilaron entre el siglo I y el III. Luego, esas versiones fueron copiadas centenares de veces hasta que los concilios las consagraron.
¿Y dónde están los manuscritos?
Los eruditos de hoy calculan que hay a su disposición hasta 150.000 manuscritos antiguos. Pero dentro de esa marabunta de manuscritos, se ha determinado cuáles son los más fiables.
Son manuscritos se hallan hoy en el Vaticano, en San Petersburgo, en París, en Cambridge... De alguno solo hay pequeños trozos que han tenido que ser complementados con versiones posteriores.
El manuscrito más antiguo y completo del Nuevo Testamento es el Codex Sinaiticus, conservado en la Biblioteca Británica de Londres. Está escrito en griego uncial (un tipo de letra mayúscula), y data del 330-350 después de Cristo.
Pero si hablamos de trozos sueltos, el más antiguo procede del 125-130 después de Cristo, se llama el papiro Rylands y procede del evangelio de San Juan. Está escrito por ambas caras y se conserva en la Biblioteca Rylands de Manchester.
Cada año, aparecen nuevos 'trozos' del Nuevo o del Antiguo Testamento, y entonces se desata una pelea para saber si es copia fiel, o si es una versión mal trabajada.
El último texto apareció en 2012 y provocó un pequeño revuelo en marzo de 2014, cuando fue dado por cierto por la Harvard Theological Review. Se trata de un pequeño pasaje del Nuevo Testamento datado entre el VI y el IX d.C. y que expone esta frase: "Jesús les dijo: mi esposa...".
Nadie duda ya de sus falsedad.
La Biblia, en un afán de «educar» (adoctrinar, más bien) enseñando que la crítica hacia esta y su dios es algo que no debe hacerse, dedica la mayoría de sus relatos a describir cuan de poderoso es el personaje que ellos representan y qué sucederá si no se le hace caso a este o, en su defecto, a ellos. Los argumentos ad baculum, soltar maldiciones a diestro y siniesto, son uno de los recursos que las religiones usan en su empeño por escapar de toda crítica hacia sus afirmaciones. He aquí, en este relato de Levítico, un ejemplo de ello:
Levítico 24:10-23
10 En aquella sazón el hijo de una mujer Israelita, el cual era hijo de un Egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la Israelita y un hombre de Israel riñeron en el real:
11 Y el hijo de la mujer Israelita pronunció el Nombre, y maldijo: entonces le llevaron á Moisés. Y su madre se llamaba Selomith, hija de Dribi, de la tribu de Dan.
12 Y pusiéronlo en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová.
13 Y Jehová habló á Moisés, diciendo:
14 Saca al blasfemo fuera del real, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación.
15 Y á los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere á su Dios, llevará su iniquidad.
16 Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará: así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.
…