El sol y la luna comenzaron a verse desde la superficie de la tierra a partir del cuarto período de transformación del planeta. Está claro que, aunque ya habían sido creados desde ANTES DEL primer día de la semana creativa terrestre, todavía no se distinguían desde la superficie de la tierra.

Gén. 1:14 Entonces Dios dijo: “Que haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y servirán de señal para marcar las estaciones, los días y los años. 15 Servirán de lumbreras en la expansión de los cielos para iluminar la tierra”. Y así ocurrió. 16 Dios pasó a hacer las dos grandes lumbreras: la más grande para gobernar el día y la más pequeña para gobernar la noche. También hizo las estrellas. 17 Así que Dios las puso a todas en la expansión de los cielos para iluminar la tierra, 18 para gobernar el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y Dios vio que esto era bueno. 19 Y hubo tarde y hubo mañana. Ese fue el cuarto día.

Lo que aquí se traduce "la expansión de los cielos" (en otras versiones "el firmamento ...") se refiere a la bóveda celeste que se vé desde la tierra ... NO al espacio sideral. La vista que tenemos desde la superficie del planeta, ni siquiera es una vista de cosas que existen en este justo momento; los científicos han dicho que es una vista de una acumulación de cuerpos celestes que trasmitieron esa luz desde algún tiempo pasado y ahora es que la estamos viendo. Algunas estrellas que vemos son solo el reflejo de lo que fueron hace miles de años, y quizás en este momento ni siquiera existan o hayan cambiado de características.

La vista que llegó a existir desde la superficie n el cuarto día de la semana creativa terrestre, no era una vista de todo lo que existía en el espacio, sino una imagen anterior y acomodada para beneficio de sus futuros espectadores terrestres.