Hitler, Stalin, Enrrique Octavo, son ejemplos de dignos de ser ajusticiados por Dios, el juez supremo.
¿qué te parece dejar esos comentarios para el día del juicio final?
Obviamente que los delincuentes deben ser juzgados.
Pero aquí y ahora.
No que se vayan felices y dignamente a recoleta y dejarlo en manos de Dios.
Eso suena como el discurso que he escuchado que los pobres y miserables debiesen estar felices, porque luego gozarán eternamente.
A otro cerdo con esa perla.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.
Que tema mas ridiculo. Como en toda organizacion humana hay victimas y victimarios.
Es como que se diga: Historia Criminal de la Democracia.
Ni el Cristianismo ni la Democracia son corruptas, corruptos son algunos lideres que aprovechando su posicion cometen actos en contra de lo que pregonan.
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
Jonestown
Mientras Jones continuaba agregando seguidores a su comunidad -que algunos calificaban de culto-, su forma de llevar las cosas le iba granjeando algunos enemigos.
Primero se tuvo que mudar de Indianápolis hacia San Francisco con su pléyade de seguidores.
Pero allí de nuevo, a pesar de contar con el apoyo de personalidades como Harvey Milk, decidió emprender otro camino.
En 1975 esa ruta lo llevó a Guyana, una excolonia británica ubicada al lado de Venezuela, donde decidió fundar una localidad en la que se viviera el ideal forjado en el interior del Templo del Pueblo.
Se llamó Jonestown.
"Escogimos Guyana porque hablaban inglés y no iba a generar problemas con la inmigración de las personas que quisieran unirse al proyecto", recordó Jager Kohl.
Y todo parecía encajar: casi 900 adeptos viajaron desde California hasta Guyana.
Se construyeron casas, se estableció una comunidad que muchos de quienes en ella vivieron no dudaron en describir como el paraíso.
"Un paraíso socialista", había descrito Jones en muchos de los audios que se encontraron en el lugar después de la tragedia.
"Jonestown es un lugar dedicado a vivir por el socialismo, por la equidad económica y racial. Estamos viviendo de una forma común increíble", se escucha en una grabación que fue recuperada por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) estadounidense durante la investigación de los hechos.
Se crearon granjas comunitarias que proveyeron gran parte de los suministros de Jonestown y los que faltaban eran traídos desde Georgetown, la capital de Guyana, gracias a un acuerdo comercial con el gobierno del país.
Pero, poco a poco, la personalidad de Jones comenzó a volverse errática. Más celosa.
Noches blancas
De acuerdo al relato de las investigaciones revelado por el FBI, Jones creó lo que se llamaron las "noches blancas", en las que se simulaban suicidios con cianuro y otras sustancias.
En esas jornadas comenzó a mencionar acusaciones, como "traidores" y "cerdos capitalistas", para describir supuestas amenazas de la CIA contra su "paraíso".
"Durante estas noches blancas, Jones le daba a los miembros de Jonestown cuatro opciones: huir a la Unión Soviética, cometer un 'suicidio revolucionario', quedarse en Jonestown para luchar contra los invasores o huir hacia la selva", reveló el informe del FBI.
Ese accionar fue calificado como de "lavado de cerebro".
En octubre de 1978 las denuncias sobre abusos en Jonestown alcanzaron los oídos del representante a la Cámara por el estado de California, Leo Ryan.
Ryan decidió visitar Jonestown.
"Con la inminencia de la visita, Jones comenzó a hablar en un tono fatalista y a reforzar su discurso. A tratar de traidores a las personas que intentaran irse con el congresista Ryan", dijo Johnston Kohl.
El relato en esta parte de la historia se torna turbio: de acuerdo al testimonio de los pocos sobrevivientes de aquella jornada, el 18 de noviembre el congresista Ryan concluyó su visita a Jonestown.
Antes de salir en una avioneta rumbo hacia Georgetown invitó a las personas que quisieran irse con él de regreso a Estados Unidos.
Unos pocos de los miembros del Templo del Pueblo aceptaron la invitación y salieron con la comitiva que incluía a tres periodistas, pero a mitad de camino varios de ellos sacaron varias armas y comenzaron a disparar contra Ryan y los demás.
Todos murieron.
Respondo por alusión, no porque me importe nada de lo que diga este forista.Eli_yahu
...detrás llega el otro, fingiendo ser el policía bueno ... en eso quieren parecerse a nosotros, jajaja, el Tomas y el doonga. Luego vienen los otros, cada uno con su correspondiente despiste. Son una tribu de neandertales.
Se queja de la mala educación de Doonga, porque Doonga responde a sus post (para eso está el foro).
El mal educado es él, ya que, aunque le ignoro, siempre me nombra cuando hace una descalificación de todos los que pensamos de forma distinta a él.
Trata de ser feliz, Eli. Los famosos cielos e infiernos bíblicos están en esta vida. Aprovecha tu vida. No la malgastes con doctrinas escritas en la edad del bronce.
La Verdad nos hará libres.
Ni puto caso, son expertos en llorar, en practicar el victimismo mientras lanzan puñales por la espalda.
Esto es una reacción normal y típica de aquellos en que su limitada cultura no les permite discutir o dialogar de muchos temas de manera profesional o coherente por su escasa preparación, con lo cual el pobre de mí es lo siguiente.
Los líderes de una secta cristiana que quemaron vivos a más de 700 de sus seguidores en una iglesia hace 20 años
Patience Atuhaire
Enviada especial de BBC News a Kanungu
11 junio 2020
Judith Ariho no puede llorar todavía al recordar la masacre en la iglesia en la que murieron su madre, dos hermanos y otros cuatro familiares junto a otras 700 personas.
Hace 20 años, en el distrito Kanungu, en el suroeste de Uganda, cientos de personas fueron encerradas dentro de una iglesia y sus líderes le prendieron fuego desde afuera.
Así fue la mayor masacre de la guerra civil en Guatemala por la que EE.UU. deportó a un exmilitar después de 20 años
"Los niños gritaban pidiendo que no los mataran": cómo fue la mayor masacre del siglo XX en Latinoamérica
Dos décadas después, el horror del evento sigue persiguiendo a Ariho, quien parece ser capaz de lidiar con el trauma al cerrarse a las emociones.
Los muertos eran miembros del Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios, una secta del "día del juicio final" que creía que el mundo se acabaría a comienzos del milenio.
"El fin de los tiempos actuales", como lo expresó uno de sus libros, llegó dos meses y medio después del inicio del nuevo milenio, el 17 de marzo de 2000.
Veinte años después, nadie ha sido juzgado por la responsabilidad en la masacre y los líderes de la secta, si están vivos, nunca han sido encontrados.
Olor a carne quemada
Anna Kabeireho, que todavía vive en una ladera en la tierra que pertenecía a la secta no ha olvidado el olor que envolvió el valle ese viernes por la mañana.
"Todo estaba cubierto de humo, hollín y el hedor a carne quemada parecía ir directamente a los pulmones", recuerda.
"Todos corrían hacia el valle. El fuego seguía. Había decenas de cuerpos quemados".
"Cubrimos nuestra nariz con hojas aromáticas para evitar el olor. Durante varios meses después, no pudimos comer carne".
Kanungu es una región fértil y pacífica de verdes colinas y profundos valles cubierta de pequeñas granjas.
El viaje hacia el valle que una vez fue la sede del Movimiento debe hacerse a pie.
Desde allí, es fácil ver cómo la comunidad religiosa mantuvo sus vidas lejos de los ojos de los vecinos.
El canto de los pájaros rebota en las colinas y se escucha el sonido de una cascada en la distancia cercana. Es el escenario ideal para una existencia contemplativa.
Pero no queda nada en la actualidad del edificio que fue rociado con gasolina.
Cerca del lugar donde se encontraba hay un largo montículo de tierra, el único marcador de la fosa común en la que están enterrados los que murieron en aquel infierno.
Noveno crimen de Jehová (Masacre)
28 pues al retroceder las aguas cubrieron los carros y a su gente, a todo el ejército de Faraón, que había entrado en el mar para perseguirlos; no escapó ni uno siquiera.
(Éxodo 14:28 - Biblia de Jerusalén)
La Verdad nos hará libres.