Bárbara comenzó a tener visiones y a escuchar voces cuando era muy joven.
Además, aseguraba haber tenido contacto con sus parientes muertos.
Junto con su esposo, Joaquín, consultaba libros de ocultismo, y ambos
se hicieron expertos en leer las cartas del tarot.

Por medio de estas supieron que ganarían mucho dinero;
de hecho, comenzaron a prosperar en los negocios.
Cierto día, las cartas les advirtieron que unas personas peligrosas tocarían a su puerta,
y también les revelaron cómo protegerse de ellas.