Dios ha hablado, y muchas veces y de muchas formas por medio de los profetas, pero en los últimos días habló por medio de su Hijo.
Algo que tiene la Palabra de Dios es que está viva. Por eso dice así: "Si la palabra que habla el profeta no se cumple, con presunción habló el tal profeta".
Sin embargo, también dice la escritura que llegaría un tiempo en que no habría profeta.