Federico García Lorca había conocido al político Fernando de los Ríos, en el Centro Artístico, de Granada. Fue con motivo de una velada de piano, antes de su fama en el mundo de las letras. Tiempo después y en el mismo lugar, el ya conocido poeta da una conferencia sobre el Flamenco, que de alguna manera sienta la base del primer certamen de “Cante Hondo” celebrado entre los días 13 y 14 de junio, del año1922.

El certamen que tuvo como pretexto la festividad del Corpus Chisti constituyó un éxito. Alma del mismo fueron Manuel de Falla y el propio Federico, alumno aventajado en ese menester del insigne músico. Fernando de los Ríos es la mano que en la sombra mueve los hilos para llevarlo a cabo. Asistentes al acto celebrado en la Plaza del Aljibe, en la Alhambra fueron por citar algunos, los pintores Santiago Rusiñol y Zuloaga. Por el mundillo de las letras, Edgar Neville y Ramón Gómez de la Serna. Por el mismo Arte Flamenco, el guitarrista Andrés Segovia y D. Antonio Chacón, ilustre flamencólogo que actúa como Presidente del Jurado. Se contó con la presencia de los Duques de Alba. Los decorados fueron pintados por el citado Zuloaga,

La “Generación del 98” es un movimiento literario, que como he indicado en aporte anterior tiene su origen en la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Uno de sus lemas es el de “!Siete llaves al sepulcro del Cid!”. Indican con ello el rechazo a la España que vive de glorias pasadas. Se oponen a la España de la Restauración y en lo que respecta al Flamenco, no lo rechazan. Lo tienen tan idealizado, que el gitano de carne y hueso no cuenta. Detestan la leyenda artificial que rodea ese mundo. Lorca coincide en esa idea que bien refleja Machado “España, charanga y pandereta” pero también contempla las penalidades del gitano de carne y hueso. Más tolerante es el Novecentismo de Ortega, Salvador de Madariaga y Unamuno. Desde su republicanismo rechazan la Restauración de 1875 y son empedernidos antirrománticos, como reacción. Ortega y Gasset refiriéndose a la fiesta de los toros, tan entroncada con el Flamenc dirá: “No puede comprender la historia de España, quien no haya construido con rigurosa construcción la historia de las corridas de toros”.

La “Generación del 27” a la que pertenece García Lorca no representa a ningún movimiento revolucionario ni social. Tiene su origen en la celebración del homenaje al poeta Luís de Góngora y Argote, que crea el Culteranismo. En perenne lucha con Quevedo que le apodará “la culta latini parla” atiende más a la forma de decir las frases, que a la misma idea que se quiere exponer. Para ello usa la metáfora, aunque a veces en demasía. El Conceptismo, por el contrario, tiene más interés por las palabras precisas que en el embellecimiento de las frases. García Lorca lo que busca es que la metáfora exprese la idea. La relación de la “Generación del 27” con el Flamenco , mediante el Mundo de los Toros viene simbolizada por un matador.

España vive en esa época la “Edad de oro del Toreo”. Luis Sánchez Mejías, Belmonte y Joselito son los diestros de fama. El primero adquiere un aura especial por sus amoríos con la Argentinita. Es además un ilustrado que hace sus incursiones en el Teatro. Influido por el tema del momento, lo freudiano escribe una obra titulada “Sinrazón”. Para dicha de los taurinos, no tiene mucho éxito el estreno teatral y continua de matador. Amigo de muchos componentes de la “Generación del 27” entre ellos Federico se convierte en sus mecenas. Así corre con los gastos que supone la presentación en sociedad del grupo. En acto del Ateneo de Sevilla . El pretexto, el cumplirse el tercer centenario de la muerte de Góngora. Tiempo después, cuando un toro acabe con la vida del diestro, Federico compone su “Llanto a la muerte de Ignacio Sánchez Mejías. La elegía tiene unos octosílabos repetitivos: A las cinco de la tarde.

Ignacio Sánchez Mejías murió de una cornada. Lo corneó el toro “Granadino”. Aunque hay quien afirma, que el verdadero asesino fue su temerario arrojo. Decían los entendidos que su cuñado Joselito “El Gallo” era el consumado Maestro de todos los tiempos. Ignacio Sánchez Mejías no conocía el miedo. Otros dicen que estaba cansado de vivir. Murió en 1934. Asistió con la Argentinita al Festival del “Cante Hondo “ en Granada. Fue como invitado de honor. Así pudo ver las actuaciones de Torres Chacón, la bailaora Pastora Imperio, Niña de los Peines, el niño Manolo y Caracol y tantos otros.

A raíz del certamen el Flamenco se catapulta. Falla compone el “Amor Brujo”. El Teatro Lara de Madrid se llena con Pastora Imperio....Aunque más que nada se dignifica el Flamenco. Ya no simboliza el borracho de taberna o el matón de navaja. Las bailaoras son artistas y no las “niñas del prostibulo”