En Hebreos 11:23-29 leemos sobre la fe de Moisés y de sus padres.
Por fe él dejó a Egipto, por fe celebró la Pascua
y por fe condujo a Israel a través del mar Rojo.
Los israelitas fueron bautizados en Moisés y comieron alimento espiritual
y tomaron bebida espiritual. Esperaban a la masa rocosa espiritual (Cristo),
pero aun así no tuvieron la aprobación de Dios,
pues pusieron a Dios a prueba y se hicieron idólatras,
fornicadores y murmuradores. Pablo explica que eso tiene
aplicación para los cristianos hoy día:
“Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos,
y fueron escritas para amonestación de nosotros
a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.
Por consiguiente, el que piensa que está en pie,
cuídese de no caer”. (1*Cor. 10:1-12; Heb. 3:7-13.)
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)