Atravesando la Historia Humana.
Demasiados incautos bien dispuestos a recibir mensajes y conceptos falsos, aún creen que la palabra "capitalismo" se asocia a alguna especie de conjura del mal contra pobre gente.
Si mirasen la Historia, la evolución del humano desde tiempos prehistóricos y hacia nuestros tiempos, podrían ver que una palabra maravillosa encierra la respuesta: LIBRE COMERCIO.
Todas las culturas de todos los continentes, - porque está implícito en la libertad natural humana, en su programa cerebral - comerciaron y comercian.
¿Qué quiere decir esto? Simple: para sustentarse, los primates superiores descubrieron hace miles de años, que intercambiar bienes (trueque), era un medio más cómodo, eficaz y simple que salir todo el tiempo a buscar el sustento gracias a la caza o los elementos necesarios para el diario hacer, la construcción de sus vestimentas, el imprescindible cobijo de un techo.
El intercambio libre por mutuas necesidades es una acción natural y se extiende entonces entre tribus, poblaciones, asentamientos y civilizaciones que estaban aisladas y peor aún, en interminables conflictos y guerras que sólo dejaban miseria y calamidades
.
Así, el intercambio cultural que arrastra el comercio conquista al mundo tendiendo lazos y bastan tres ejemplos que cualquiera aprendió en la escuela, de tantos miles: la Ruta de la Seda conectando Asia, África, Medio Oriente, Europa, el Comercio Milenario en el Mediterráneo, principalmente del siglo 8 A.C. hasta el 2 D.C., y la Ruta de la Sal.
Siglos de intercambio libre, culturalización, enriquecimiento.
La Más Alta Moral en acción, que extirpa de la natural miseria a los humanos, les tiende lazos en paz y no una "moral" inventada por cabezas trasnochadas, desde la inactividad y el onanismo mental.
Si esos incautos, cerebros esponja, entendiesen por un simple razonar, que eso es un hilo conductor de todos los humanos hasta hoy y que el crecer en tecnología y pasar de cazadores-recolectores a agricultores-ganaderos y posteriormente a la Revolución Industrial que catapulta a millones de pobres a la posibilidad de enriquecerse gracias a ese libre comercio-capitalismo (capitalizarse), simplemente estarían viendo una natural evolución humana.
Lo que no es natural, es la interferencia de terceros en esa libertad.
Pero como los parásitos humanos también evolucionaron, se aprovecharon de ese excedente todas las instituciones de poder de gobierno, reinados, estados, religiosas y armadas.
Pero para poder saquear principalmente con impuestos, debieron elaborar leyes que el libre comercio milenario no necesitaba (un sistema natural en sí mismo, regido por las Leyes Naturales), y doctrinas morales espurias, falsas. Hicieron acuerdos desde ese poder con individuos a quienes beneficiaron con privilegios formando corporaciones político-saqueadoras (que muchos tontos llaman "empresarios").
Libre comercio es libertad individual puesta en acción en beneficios mutuos, sin intermediarios.
Capitalismo deriva de ello y no de lo anterior.
Desnudar la mentira, desenterrar la Realidad hace que siempre caiga por propio peso la estructura de dominio, al menos y en un comienzo, de las mentes de los engañados e ignorantes.
(Individuo Libre)
"El amor hace que todos espejos seamos, por eso más recibimos cuanto más damos".- Rahwananda.
¿El propósito del universo?
Muchas veces confundimos causa con propósito. El universo está lleno de fenómenos que tienen causas; por supuesto, siempre naturales y no sobrenaturales. Y podemos verificarlo mediante el Método Científico. Pero afirmar que un fenómeno natural tiene un propósito, es afirmar que detrás de él existe un agente intencional con superpoderes, que ha planificado la ocurrencia de dicho fenómeno con la intención de obtener un resultado específico. Y eso, definitivamente, no podemos tomarlo en serio desde el punto de la ciencia (y recordemos que todo conocimiento confiable que tenemos sobre el universo, nos lo ha enseñado la ciencia, no las creencias).
En nuestro lenguaje utilizamos los adverbios interrogativos “¿Por qué?” y “¿Para qué?”, para preguntar sobre causas y propósitos respectivamente, de modo que con nuestros actuales conocimientos podemos preguntarnos: “¿Por qué llueve?”, indagando sobre las causas físicas y meteorológicas de este fenómeno. Pero no es válido preguntar: “¿Para qué llueve?”, porque significaría preguntar sobre cuál es la intención de quien está haciendo llover. Los fenómenos naturales tienen causas, no propósitos; las cosas en la naturaleza ocurren y producen efectos, sin que tengamos que creer que tales efectos fueron planificados por alguien. Y lo mismo es aplicable a la vida y la muerte, que también son fenómenos naturales.
Sin embargo los seres humanos tenemos esa tendencia de ver propósitos en el mundo natural, como un residuo de nuestro proceso evolutivo. El canadiense-británico Bruce Hood, profesor de Psicología en la Universidad de Bristol, explica que los niños desarrollan primero un razonamiento intuitivo del mundo, que les lleva a desarrollar creencias naturales y sobrenaturales. Por eso en forma espontánea asignan un propósito a los objetos naturales, y para ellos es muy fácil pensar que las montañas fueron creadas para ser escaladas por los animales [1]
De hecho, hasta existe una rama de la filosofía que estudia los propósitos de algún objeto o algún ser, se llama Teleología. Pero el conocimiento científico no acepta la existencia de propósitos en los seres naturales, sino sólo en los objetos artificiales. Por eso el estadounidense, Doctor en Física Teórica, Lawrence Krauss, explica que desde el punto de vista de la ciencia, la pregunta “Por qué” debe entenderse que equivale a “Cómo”. En vez de preguntar por qué existe el universo, lo apropiado es preguntar cómo llegó a existir, ya que “Por qué” tiene a veces un significado de propósito, y como aclara, en el universo, “por lo que deducimos, no hay evidencia de un propósito.” [2] Aunque también explica: “El universo no tiene razón de ser, pero eso no significa que la vida no tenga sentido”, ya que al contrario, todo es un accidente que nos ha permitido estar aquí y usar nuestro cerebro para entender el mundo que nos rodea y celebrar el fenómeno de ser humanos [3].
Moraleja: no le busques a tu vida un propósito establecido por alguien que no seas tú mismo. Encontrarás que no tienes uno sino varios propósitos que dan satisfacción a tu existencia, pero todo depende de ti.
"El amor hace que todos espejos seamos, por eso más recibimos cuanto más damos".- Rahwananda.