A simple vista, podría parecer que es lo mismo o muy cercano lo uno con lo otro. Pero si nos lo miramos desde un punto de vista "laico", puede ser que las diferencias entre ellos no sean tan pequeñas, sobretodo si nos fijamos en las conotaciones y la importancia que puede tener el creer, o el ser crédulo para la vida de toda persona.

Para mi, el creer con ciertas precauciones o grado de escepticismo, no solamente puede ser bueno, sino también deseable. ¿Porqué?. Pues porque de pequeños si no creyéaramos nada, difícil nos podría resultar el desemvolvernos en una sociedad actual en que mucho de lo que creemos saber, -sin demasiadas garantías de que sea cierto y no desinformación, manipulación o engaño- es de lo que nos servimos para poder "socializar" y mostrar a los demás y a nosotros mismos cuanto sabemos...

Pero es que ser crédulo al estilo "creyente religioso", todavía es mucho peor, porque el crédulo si que se traga fácilmente todo aquello que le "dan de comer para alimentar su espíritu a través gran conocimiento que les imparten", sin que reparen en dudar o sospesar lo que le venden debido a su insaciable apetito de todo aquello que le suene bonito y no tenga que buscarselo por el mismo, ni comerlo ni digerirlo porque todo se lo dan ya digerido, además con la etiqueta de que lo ha dicho un ser tan grande que al no caber dentro del Cosmos se ha tenido que fabricar uno para entretenerse jugando con la santa inocencia humana...