Iniciado por
Giordano Bruno
Transcurrieron dos años, 2013, finales, 2014 y 2015. Para 2015 hacia finales de octubre yo estaba ya presentando mi trabajo en esta universidad española y sucedió algo accidentado. Yo tenía la visa española hasta el mes de julio. Había calculado en mi trámite que todo sucedería en julio y el 31 de julio regresaría a México con el papel y habiendo concluido. Estaba planeado que uno de mis hijos me diera alcance a inicios de julio para que mi examen fuese presentado ese mes y pudiésemos regresarnos juntos. No podría prolongar porque ya no me matricularía para el siguiente ciclo por haber concluido y por lo tanto no poder tener causa para permanecer más tiempo en el país.
Para el mes de abril el trabajo estaba concluido e inicié el trámite de presentación, sin embargo la demora de mi director me alcanzó julio y los trámites estaban terminándose de completar por lo que ya no se podría presentar en julio sino hasta septiembre-octubre. Esto resultó una contrariedad porque la visa se me acaba en julio y tendría que regresarme ese mes a México. Un problema porque tendría que reunir recursos para pagar el avión de regreso a finales de septiembre y poder presentar el mes de octubre, así que tuve que regresar a México para conseguir los recursos y poder regresar.
En agosto ya me encontraba en México y ocurrieron dos cosas que dieron un viraje muy importante. El 4 de septiembre me contactó mi ex alumna Roxana y me pidió las fotos que me había dado en depósito. Así que concertamos vernos al día siguiente en el restaurante donde me las había entregado para devolvérselas. Fue un sábado y conversamos largamente entre la sorpresa de que dos años más tarde la teníamos de nuevo en la Ciudad cuando ella planeaba hacer su vida en la ribera Maya. La vi muy bonita, madura, me daba gusto haberla visto crecer. Yo la conocí como alumna cuando tenía 17 años y en episodios, cuando me iba a visitar pidiendo consejos o ayuda académica en el curso de su carrera se presentaba en mi trabajo donde conversábamos o le invitaba el café o alguna ocasión recorrimos la zona arqueológica cercana. Yo la veía en esas ocasiones como una de las alumnas, pero también observaba su crecimiento a los 20 y finalmente a los 30. Eran digamos poco más de 16 años de conocerle. No me dijo porqué se había regresado, pero la teníamos acá en la Ciudad de nuevo.
La semana siguiente, para ser precisos el 11 de septiembre fue a verme al trabajo, yo estaba terminando de ajustar algunas cosas del trabajo que me llevaría a España para la presentación y de pronto ella apareció de visita, era sorpresa y no la esperaba. Conversó un rato y como no se movía de regreso, le invité el café en una plaza cercana, en una conocida cadena de restaurantes en México. Allí conversamos amena y cordialmente. Ella me veía con ojos encendidos y yo que desde la entrega de sus fotos me preguntaba si sería cierto que ella sentiría algo por mi me acerque a su cara y ella me dio un beso que respondí. Era claro que después de tantos años había un sentimiento que habíamos respetado ambos a la distancia. Ella era menor que la primera chica que he relatado unos cuantos años menos, o sea tenía también como 33 años. Salimos de restaurante y rumbo al estacionamiento se daban los apasionados besos en paros de vez en vez. Llegamos al auto y decidí llevarla a su casa, pero rumbo a ella, nos paramos en una de las calles, porque ella me lo pidió y comenzamos a besarnos de nuevo, ella se comenzó a desabrochar la blusa y el pantalón, es decir iba ya sobre mi, pero dudé porque lejos del país yo no sabía que las leyes en materia de "ataques a la moral" habían cambiado y ahora no era falta o delito desnudarse en el auto en vía publica. Esto era porque las autoridades progresistas de la Ciudad habían acabado con el negocio de extorsión de la patrullas de policía. Yo no lo sabía y le dije que allí no, porque temía que cayera una patrulla; entonces ella me pidió ir a un Hotel, le alegue que no traía preservativo y ella me dijo que "allí los vendían", así que sin esperar, aún no me recuperaba de algo que no podía asimilar, estaba ya en el hotel con ella. Me besó, comenzamos el escarceo y la verdad me impresionaba cada vez que desenvolvía una pieza de ropa, la hermosura de cuerpo que tenía esta chica, con ropa interior, sin ella. Terminamos fundiendonos en una relación que esa noche fue muy intensa.
De regreso yo no asimilaba bien lo que había pasado, me encontraba en la inercia, ¿Qué hacía yo de nuevo con una chica de 20 años menor que yo, 24 para ser precisos? pero como todo en la vida, no todo está exento de subidas y bajadas, pero esas se las cuento después, porque para llegar a lo que vivo hoy hubo varias montañas.