En el Modernismo, así como el historiador se alimenta del filósofo, nos encontramos con que el crítico se alimenta del historiador. Con los datos que éste le da, el crítico hace una división entre la "historia real" y la "historia de la fe" que, en definitiva, viene a ser una negación de la historicidad de las Sagradas Escrituras, siempre afirmada por la Iglesia (evidentemente, no entendida al modo fundamentalista).

https://youtu.be/2QvRSF5wuKs