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Tema: ¿Los religiosos son psicópatas/sociopatas?

  1. #11
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    Soy bueno con ciertos copy paste doonga y lo dabes...
    Cita Iniciado por doonga Ver Mensaje
    Interesante.
    ... y Lacan? en qué parte del cuento queda?
    ...pero no en vano, porque justo proponer a Lacan se sigue de aquella aclaración que venía haciendo sobre EL DESEO.
    A principios de los setenta, Spinoza sirve a Deleuze de máquina de guerra contra el estructuralismo, contra el psicoanálisis y contra cualquier pensamiento que se postule a partir de la falta. En su curso en Vinncenes contemporáneo de El Anti-Edipo, Deleuze es interrogado por un alumno sobre el estatus de la muerte para Spinoza. Esta intervención introduce la imposible conciliación entre Lacan y Deleuze en torno al goce. El alumno se refiere a uno de los textos de juventud de Spinoza, donde dice que es como un enfermo que va a morir si no encuentra una vía de salud. No se trata simplemente para Spinoza de la muerte que viene de fuera -efecto de una afección o de algo que provoca una enfermedad a la que hay que encontrarle un remedio.

    Por eso el alumno considera la afección como un indecible que tiene efectos. Deleuze le responde que el razonamiento formulado no es spinozista, y agrega que la pulsión de muerte es algo grotesco. Cuestiona la pulsión de muerte como un principio metafísico y trascendental.

    La concepción afirmativa del deseo en Deleuze no permite concebir el goce como lo que atenta contra la propia vida, la felicidad en el mal. Sin embargo, a principio de los ochenta hay un cambio: retoma el concepto de pulsión para analizar el naturalismo en el cine. La pulsión explota los recursos a su alcance para arrancarle al medio sus "pedazos". La violencia pulsional ahora no esta ligada a una situación: no es exterior, sino interior -tal como ocurre con el personaje del film Rebelde sin causa cuya convulsión permanente no se explica mediante la rebelión contra el padre o el medio social. Los personajes se hacen victimas de la pulsión. Por esto no tiene sentido, para Deleuze, hablar de masoquismo, ya que la pulsión es masoquista.

    Aquí situamos una tensión entre una concepción afirmativa del deseo y la pulsión. Deleuze distingue entre una repetición mala y una repetición buena. Esta última se sirve del acontecimiento como contingente, singular e irrepetible. En cambio, con la mala repetición que niega el acontecimiento, se puede dar cuenta de lo que se opone a la vida.

    El deseo deleuziano como afirmación inmanente, como voluntad: ¿es puesto en tela de juicio por la pulsión y por el goce?

  2. #12
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    Molarizar a una catexis individualista cualquiera de esas patologías es quedarse en una psiquiatría del siglo donde vivió Victor "el niño de Aveyron"...
    Cita Iniciado por margii Ver Mensaje
    Todo religioso en esencia lo es... ¿por qué? Porque la religión es una sociopatia que fue creada por algún psicópata.
    ...sep.

    ¿Al hablar yo del deseo y la carencia me fui del ámbito religioso?
    No, justamente encaja con la génesis de este tópico/hilo.

    Hay maneras solapadas de introducir la falta en el deseo y, a través de la falta, lo Otro y, a través de lo Otro, el dualismo.

    La primera maldición del deseo (que pesa como una maldición cristiana y se remonta a los griegos) es la falta. El deseo como falta implica que el deseo se dirige a una trascendencia, se orienta por aquello de lo que carece. En primer lugar, es deseo de lo que no hay. En segundo lugar, a partir de la falta se orienta al Otro, va a buscar en el Otro lo que le falta. ¿Qué puede venir a colmarlo? Algo que no es más que una apariencia: el objeto al que tiende. No lo llenará el Otro porque es inalcanzable. Este objeto es un señuelo: "Desearás lo que falta. Perseguirás el imposible goce".

    En El Anti-Edipo, los tres errores sobre el deseo se llaman carencia, ley y significante. La prohibición hace pensar que lo que nos es denegado sería accesible si se transgrede la ley. La prohibición refuerza el deseo aun bajo la forma de una transgresión. Si uno se aferra al objeto del deseo como "falta de" (en cuanto que separado del sujeto), hace del deseo algo negativo, y entonces el deseo es el resultado de la castración, como prohibición y castigo. En las primeras páginas de este libro Deleuze plantea el problema así: La admirable teoría sobre el deseo de Lacan tiene dos polos, uno con relación al objeto a como máquina deseante que define el deseo como una producción real, superando toda idea de necesidad y también de fantasma, y otro en relación con el Otro como significante, que introduce cierta idea de carencia.

    Sólo puede pensarse el deseo como voluntad que ordena desde el interior y en forma inmanente, señala Deleuze. Este es el paso que propone dar para atravesar lo negativo y superar la concepción del deseo en relación con la ley como prohibición. De este modo Deleuze ubica en el objeto a una positividad, que se opone a la falta.

  3. #13
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    Cita Iniciado por doonga Ver Mensaje
    Interesante.
    ... y Lacan? en qué parte del cuento queda?
    Así que dado mi post anterior, doonga, la respuesta final para esa pregunta sería dicho muy fugazmente:

    Lacan lo dejo afuera porque es demasiado cristiano para analizar el deseo desde una perspectiva alejada de la carencia, cercana a la potencia.

    :001_smile: ...

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