El título sugiere que hay una cultura de la denuncia parte I; y en efecto lo hay, un viejo tema mío.

Pero no es necesario leer el uno, para entender el dos. Mas bien es una reedición del mismo, o mejor aún, una reexpresión mas sencilla y clara del mismo.

Hace unas dos o tres semanas, uno de tantos radio escuchas, no recuerdo si de Carmen Aristegui, de Fernanda Tapia o de algún otro periodista; dejó un mensaje grabado muy bueno. O no le llamemos bueno, sino verdadero. Expresó mas o menos lo siguiente:

"Para combatir verdaderamente la corrupción y la delincuencia hay que empezar en la casa y en nuestra comunidad. Si sabemos de un delincuente, de un corrupto, de un ratero... tenemos que denunciarlo. No importa quien sea, el hermano, la pareja, el hijo, el primo... el que sea.

... No tenemos que alcahuetear, debemos denunciar Solo de esa manera se empieza a combatir la corrupción...".

Y dijo otras cosas verdaderas, no recuerdo todo el discurso. Pero lo relevante del asunto es que el periodista en cuestión no dijo ni pío. Ni un comentario, ni una alabanza, ni un simple agradecimiento al amigo participante. Lo cual a mi me parece patético. No es posible que ante tal expresión de la verdad, un periodista claro y consciente haga tal mutismo. Es criminal una actitud así, y no por cometer un crimen, sino por la complicidad del silencio represor.

Mi mensaje al respecto es el siguiente: esta persona ya enunció una verdad, la verdad de las cosas, la raíz de un problema. Luego entonces, ya no soltemos esa verdad, hagámosla ahora una realidad activa. Todos ejecutemos ese consejo.

Y en general, todos denunciemos el mal, los delitos, y a sus actores. Todos nosotros, la prole, la gente común, el pueblo, el populacho, nosotros.

Y por supuesto, exijamos a la autoridad respectiva que no se haga pendeja. Que si ya se les denunció algo, por lo menos hagan el intento de atender lo que se ha denunciado.

Y mas aún, es hora de exigir a la autoridad, a la cuarta transformación por ejemplo en este caso; exigirle que se dedique a eso: a atender las injusticias denunciadas, e incluso atenderlas antes de que se denuncien.

¿Como es posible esto?. Muy sencillo, hay que atender los problemas en el sitio donde ocurren.

La autoridad debe acudir a los centros de trabajo, inspeccionar dentro y fuera de ellos para detectar injusticia laboral; y atender y solucionar el problema. Antes incluso de que exista denuncia alguna.

La autoridad debe viajar en metro, en camiones, en lugares solitarios y zonas peligrosas de las ciudades. Por supuesto, encubiertos; y de una manera inteligente atender las emergencias delictuosas de la mejor manera.

Ninguna autoridad debe estar sentada con las nalgas bien cómodas en su silla ejecutiva, esperando que le denuncien delitos que no atenderá. Sino que debe salir a buscar los problemas, con el fin de atenderlos y solucionarlos. Y nosotros, la gente común, tenemos que decirle a la autoridad donde y cuando son y están las zonas de riesgo, abuso y peligro.

Es por supuesto todo esto algo sencillo de entender, y de ejecutar; solo es cosa de que todos queramos hacerlo. Unos y otros, autoridad y gente común.

Hasta hoy nadie quiere realmente hacerlo.

Tema inaugurado. saludos.