Leer es una actividad antinatural en el ser humano, pues nuestro cerebro no está acostumbrado a mantener su atención fija sobre un punto durante mucho tiempo: enseguida tiende a despistarse ante cualquier nuevo estímulo.
Sin embargo cada vez que empezamos a leer, el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro se pone en marcha, trabajando a toda velocidad para activar distintas áreas. Según el neurólogo Stanislas Dehaene del Collège de France "la capacidad lectora modifica el cerebro".
También una persona que lee es mejor orador, pues ya lo decía Cicerón: "a hablar no se aprende hablando, sino leyendo". Lejos de la imagen introvertida y solitaria que nos presentan las películas y series de televisión, en realidad aquellos que leen poseen más habilidades comunicativas. Y no solo eso. Durante más de 20 años un equipo de la Universidad de Oxford analizó los hábitos y actividades de casi 20.000 jóvenes con ánimo de conocer qué actividades predecían el éxito profesional al cumplir 30. Sólo la lectura pareció tener un impacto significativo en el éxito profesional: ninguna otra práctica, como hacer deporte o ir al cine, tuvo efecto alguno.