Un grupo de amigos fue un día a ver a un compañero que, días antes, había sufrido un tremendo accidente. Estaba hospitalizado y había perdido los dos brazos y las dos piernas.
Antes de entra en el hospital, uno de los componentes dijo: “Ante todo, mucha prudencia. No debemos comentar la gran tragedia de nuestro amigo”.
Entraron todos en la habitación del hospital y uno, llamado Pedro, saludó en voz alta: “¿Qué tal, tronco?”.
Creo que Margii actúa como el componente Pedro.