“Estarás conmigo en el Paraíso.” (Lucas 23:43.)
Esta fue la promesa que le hizo Jesús
a un moribundo que, con valor, había manifestado fe en él.

Pero ¿dónde estaría ese paraíso?
¿En el cielo, en la Tierra o
en algún punto intermedio
en el que las personas esperan a ser juzgadas?

La Biblia indica que el Paraíso fue el hogar de la primera pareja humana:
“Jehová Dios plantó un jardín en Edén,
hacia el este, y allí puso al hombre que había formado.
[...] Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre
y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara”
(Génesis 2:8, 15).

Al traducirse este pasaje del hebreo original al griego,
la palabra que se empleó para “jardín” fue parádeisos,
de donde se deriva el vocablo español paraíso.