La mayoría de las leyes que tenemos ahora proceden del Derecho Romano. Roma iba implantando sus leyes en los territorios que conquistaba.
Un país difícil de que asumiera esas leyes fueron los judíos. La mayoría de sus leyes eran de índole religiosa. Por ejemplo: apedrear a los adúlteros.
En tiempos de Jesús, no estaba permitida tal cosa, como apedrear a los adúlteros. Además, si fue sorprendida in fraganti ¿Dónde estaba el compañero de adulterio?
El que introdujo el añadido, no pensó que en años posteriores existirían los estudiosos de la historia. Los que nos libran de cuentos baratos.
Al final, los romanos tuvieron que masacrar a un pueblo que se regia por normas ancladas en los albores de la historia.
La Verdad nos hará libres.
Cuando Jesús estuvo ante los supremos sacerdotes, una vez arrestado, le acusaron de blasfemia, delito este
para morir apedreado. Lo hubieran hecho con gusto, sin tener que contar con el Prefecto de Roma.
Pero Judea era una provincia del Imperio Romano; y allí imperaba la ley romana.
La historia es la historia, y no podemos obviarla.
La Verdad nos hará libres.
Por lo que yo entiendo de venir y llevar, no coincide con lo acontecido.
Creo que Jesús no volvió a por sus apóstoles, según prometió.
Si no cumplió esto ¿Esperan que cumpla lo de la segunda venida?
“En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. 3 Y, si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté”.
(Juan 14:2-3 NVI)
La Verdad nos hará libres.
Sería sumamente raro que algún ateo o agnóstico, participantes en este subforo de religión, cambiara sus principios religiosos.
Resulta penoso ver cómo se rebaten los cristianos con versículos sacados de los mismos libros.
No les interesa llegar a la verdad; les interesa encontrar el doble de versículos que afiancen sus posiciones.
Y nos encontramos que foristas que, a duras penas soben expresarse en su idioma, hablan de los matices que tiene el arameo con respecto al griego; y que la palabra xxx tiene treinta significados; y no fue traducida correctamente en el versículo tal.
Los que intentamos primeramente que nos entiendan aquellos a los que no dirigimos, carecemos de los conocimientos necesarios para saber discernir en tan arduas empresas.
Pero intentaré seguir haciendo preguntas. Aunque la respuesta no sea una aclaración, si no un insulto por ser ignorante.
La Verdad nos hará libres.
Citando de Jesús, "por sus frutos los reconocerán", con este simple mensaje él nos da la clave para discernir la religión verdadera, o como mínimo descartar las que no lo son.
Respecto a las disputas sobre textos, para mí como creyente tiene todo el sentido, la parábola del trigo y la mala hierba se cumple claramente en este aspecto.
Lamento haberme expresado mal.
Los creyentes estáis en vuestro derecho de afianzar con versículos vuestros puntos de vistas, o creencias.
Lo que pretendía manifestar es que esos debates entre creyentes, llevados hasta casi el infinito, a los no creyentes nos transmite una sensación peyorativa. No iba más allá mi comentario.
La Verdad nos hará libres.
Nada hay que lamentar, así lo he entendido.
Para alcanzar la verdad se necesita tener:
. Hambre espiritual, que doy por sentado, todos los que aqui participan, tienen en mayor o menor grado
. Honradez al considerar el testimonio de otros.
. Humildad para reconocer que se está equivocado
Sin entrar a comparar, debemos entender que esto no siempre se cumple, los fariseos tenían los irrefutables hechos y palabras de Cristo que le identificaban como el mesías pero prefirieron ignorarlos.
De todas formas, no carecemos de criterio para saber quién aporta más pruebas o de más peso, quién las ignora y quién obstinadamente persiste en su ceguera.
A mí personalmente lo que me parece, usando tu calificativo, más peyorativo, no es la discusión en sí, porque callar sería otorgar, sino la "dura cerviz" que pudiera mostrarse con una actitud y conducta anquilosada.
Aúnque no sirva de excusa, nadie es perfecto, y por ello no debemos esperar perfección ni de nosotros ni de otros.
La Verdad nos hará libres.
Resultaría interesante hacer un estudio de los evangelios, en el sentido de comprobar cuántos relatos se hacen de Jesús y al mismo tiempo el evangelista aclara: <Esto sucedió así para que se cumpliera lo que dijo el profeta…>.
No están narrando una historia. Están adaptando una historia, que efectivamente sucedió, a unas profecías que también son amañadas.
Ahora, cuando el imperio de la Iglesia Católica esta en declive, y no puede achicharrar en la hoguera a los que no son de su agrado, irá saliendo a la luz la verdad sobre Jesús.
La Verdad nos hará libres.