Los cristianos del N.T., desde ese momento en Pentecostés, practicaron invocar el nombre de Jesús.

"Y todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo"(Hch 2:21).

Mientras Esteban estaba siendo apedreado a muerte, invocó el nombre de Jesús:

"Mientras lo apedreaban, Esteban oraba y decía: «Señor Jesús, recibe mi espíritu."(Hch 7:59).

Otros pasajes confirman esta práctica en el Nuevo Testamento:

"y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre." (Hch 9:14)

"Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate, bautízate y lava tus pecados invocando su nombre.”(Hch 22:16)

"a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro." (1 Cor 1:2).

"Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor." (2 Ti 2:22)

Saulo recibió el permiso de los principales sacerdotes para arrestar a todos los que invocaban el nombre de Jesús:

"y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre."(Hch 9:14).

Los primeros cristianos invocaron a Jesús. Invocar el nombre del Señor era una marca, una señal de que eran cristianos. Si nos convertimos en los que invocan el nombre de Jesucristo, nuestra invocación nos distinguirá como cristianos.

El apóstol Pablo enfatizó la cuestión de invocar a Jesucristo en su carta a los Romanos :

" Porque no hay distinción entre judío y griego, ya que el mismo es el Señor de todos, rico para todos los que lo invocan. Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo "(10: 12-13).

Pablo también habló de invocar al Señor en su primera carta a los Corintios, cuando, al designar la carta, se identificó " con todos los que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, su Señor y el nuestro. "(1 Co 1: 2). Además, en la sefunda carta a Timoteo, le dijo a que siguiera las cosas espirituales con los que de corazón limpio invocan al Señor. (2 Ti 2:22).