Ese razonamiento prueba que el Espiritu Santo no es el Padre.
El Padre envio Su Espiritu de la misma forma que envio al Hijo. Nadie puede desprenderse de su propio espiritu y enviarlo a una mision a no ser que ese espiritu tenga autonomia.
"Y yo pediré al Padre que os envíe otro Defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con vosotros.