En Revelación 21:6, y en el versículo siguiente se identifica a la persona que habla, al decir: “Cualquiera que venza heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo”. Dado que Jesús se refirió a los que son herederos con él en su Reino como “hermanos”, no como “hijos”, el que habla tiene que ser el Padre Celestial de Jesús, Jehová Dios. (Mt 25:40; compárese con Heb 2:10-12.)

La última vez que aparece este título es en Revelación 22:13,
donde se dice:
“Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último,
el principio y el fin”.

En este capítulo de Revelación se registran las palabras
de diversas personas: los versículos 8 y 9 muestran que
el ángel le habló a Juan, es obvio que el versículo 16 aplica a Jesús,
la primera parte del versículo 17 se atribuye al “espíritu y la novia”
y está claro que el que habla en la parte final del versículo 20 es Juan mismo.

Por lo tanto, “el Alfa y la Omega” de los versículos 12-15 puede ser identificado apropiadamente como el mismo que lleva ese título las otras dos veces: Jehová Dios. La expresión del versículo 12: “¡Mira! Vengo pronto [...], para dar a cada uno según sea su obra”, no obliga a aplicar los versículos 13-15 a Jesús, dado que Dios también dice de sí mismo que “está saliendo” para ejecutar juicio. (Compárese con Isa 26:21.) Malaquías 3:1-6 habla de una venida conjunta de Jehová y de su “mensajero del pacto” para juzgar.