Los que se casen tendrán tribulación en la carne (1 Cor. 7:28).

Las preocupaciones aumentan cuando la mujer le dice a su esposo
que van a tener un hijo. Aunque se sienten muy contentos,
los inquieta que puedan surgir problemas de salud
durante el embarazo o más adelante.
También tendrán más gastos a corto y largo plazo.
Pero ese no va a ser el único cambio.
La madre le dará la mayor parte de su tiempo
y atención al bebé. Y el padre tendrá nuevas
responsabilidades, pues debe asegurarse de que
su familia tenga lo necesario. Así que los esposos
ya no podrán dedicarse el uno al otro tanto tiempo
como antes. Algunos matrimonios enfrentan otro problema:
no tienen hijos aunque lo desean muchísimo.
Algunas esposas sienten mucha angustia
porque no consiguen quedar embarazadas.

https://wol.jw.org/es/wol/h/r4/lp-s