Voces del pasado

[doonga]

la historia del joven rico (la verdadera).

“y al oír el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas
posesiones.” (mateo 19:22).

De los pergaminos encontrados en qumrán, había uno que hasta hace poco no se ha sabido su contenido. Este es el relato:

“el joven, después de marcharse, continuó haciendo su vida.

Cuando murió jesús, y a la vista de los acontecimientos tan asombrosos que sucedieron, se acordó de sus palabras; y decidió seguir su consejo.
Vendió cuanto tenía y se lo dio a tres hermanos extremadamente pobres que vivían en nazaret. Los llamaban los hermanos zelotas.

El mayor de los hermanos, viéndose con tanto dinero, empezó a frecuentar burdeles, y a comer y beber hasta la embriaguez.

El segundo hermano compró una gran huerta y tres esclavos para cultivarla. Era de carácter iracundo, por lo que diariamente azotaba con un látigo a sus tres esclavos.

El más joven se hizo prestamista. Era extremadamente usurero, pues daba préstamo a un interés abusivo. Muchas personas perdieron sus casas al no poder pagar a su debido tiempo; pues no tenía compasión de nadie.

El joven rico iba vestido de harapos y comía de la mendicidad.
Pasaron los años y murieron los tres hermanos.
Presentados ante pedro, a las puertas del cielo, éste no dudó en enviarlos al infierno.

Un año después murió el joven rico. Como todo el mundo que muere, se presentó a las puertas del cielo, a presentarse a san pedro.

Pedro le preguntó -¿qué has hecho de bueno en la vida?-
- ¡pedro! ¿no me reconoces? Soy el joven rico. Vendí todos mis bienes y se lo dí a tres hermanos que eran muy pobres -.
- sí. Me acuerdo de ti. ¿así que seguiste lo que te dijo el maestro? ¿cómo dices que se llamaban los tres hermanos?-
- los hermanos zelotas –
- ¡no me digas; pues lo tienes crudo! Hace un año los envié al infierno. En realidad, tú tienes la culpa de que esos hermanos se hayan condenado. Ya sabes lo que dijo el maestro sobre… -

se oyó una potente voz (era jesús) que decía: -¡pedro, déjale entrar!-
y luego la misma voz, susurrando: - esta gente se lo toma todo al pié de la letra ¡qué cuidado hay que tener con ellos!-

Ja ja ja.

... y no es broma.

[tosan]

A pesar de la sequía de milagros que desde hace 2000 años padecemos, conviene considerar en este asunto las apariciones marianas (o sea, de la Virgen).

Yo he oído hablar de la de Lourdes y la de Fátima (hay alguna más).
La de Fátima es un poco más a tener en cuenta, ya que la Virgen comunica a tres pobres niños que la humanidad se está desviando; y que corre un gran peligro.

Es verdad que esto es así. La carrera de armamento parece estar fuera de control.
El fin del mensaje no ofrece duda.

La duda está en el medio escogido por la Virgen para evitar este mal.
La virgen comunica este problema al último (por debajo) estamento de la sociedad.
Hay mucho camino entre el primer y último estamento de una sociedad.
Es como si supiéramos que en un edificio cercano, va a estallar una bomba; y escribimos una nota a los vecinos y la enviamos por medio de un tullido.

Es posible que en el cielo, no existan los teléfonos móviles.
Por eso quiero cooperar un poco en el asunto.
Avisando a la Virgen.

Que tenga por seguro, que la próxima aparición que se digne hacer, quedará sobradamente documentada con fotos y vídeos; naturalmente tomados con móviles.
Si Dios quiere comunicarse con nosotros, o mandarnos un mensaje, que sepa que nunca estuvimos mejor preparados para recibirlo. Tenemos nuestros teléfonos móviles.

En caso contrario, no dudamos de su existencia. Simplemente habrá una razón:
Dios no quiere comunicarse con nosotros.

[doonga]

En caso contrario, no dudamos de su existencia. Simplemente habrá una razón:
Dios no quiere comunicarse con nosotros.

Me recuerdas cuando estaba en el seminario, tuvimos una charla con el Cardenal Raul Silva.
Él venía de vuelta de una de las sesiones del concilio vaticano 2° y salió con el siguiente comentario:

<<En tiempo de los apóstoles, de haber alguna necesidad urgente de viaje, Dios agarraba al personaje de las mechas, y lo depositaba en el destino.
Hoy en día eso ya no hace falta: te tomas un pasaje de avión>>

[tosan]

Me recuerdas cuando estaba en el seminario, tuvimos una charla con el Cardenal Raul Silva.
Él venía de vuelta de una de las sesiones del concilio vaticano 2° y salió con el siguiente comentario:

<<En tiempo de los apóstoles, de haber alguna necesidad urgente de viaje, Dios agarraba al personaje de las mechas, y lo depositaba en el destino.
Hoy en día eso ya no hace falta: te tomas un pasaje de avión>>

Por lo que cada vez, se necesita menos a Dios.
Pero debía de ser una persona abierta; el Cardenal.

[doonga]

Por lo que cada vez, se necesita menos a Dios.
Pero debía de ser una persona abierta; el Cardenal.

Ese tenía la mente más abierta que nadie, y veía debajo del agua.

[tosan]

Supongo que, en la actualidad, casi todos sabemos que el cosmos es grandísimo.

Sus medidas, casi son infinitas. No se alarmen; nada comparable a Dios.

Nos dicen que dentro de él existen millones de galaxias. Y dentro de estas galaxias, millones de estrellas. Y unas leyes cósmicas que rigen toda esta maravilla.

Hago notar que el que escribe esto es un profano en la materia.

Por tanto, el cosmos es muchísimo más. Muchísimo más.

A lo que iba:

A los que creen que esta maravilla ha sido creada por un Creador; yo les preguntaría ¿Se imaginan ustedes a ese Creador al frente de las tropas de los israelitas, arrasando, exterminando y conquistando pueblos?

Yo no me lo imagino.

Por eso, si creo en un Creador del universo, no puedo creer en la Biblia.

[doonga]

Por eso, si creo en un Creador del universo, no puedo creer en la Biblia.

Coincides, en lo que dices, con las palabras de Einstein, que sí creía que el universo tenía un creador, o, que el universo mismo era Dios (no queda claro, por cuanto afirmó que creía en un Dios como el de Spinoza),
y también afirmó que "la palabra de Dios es producto de la debilidad humana" y que la Biblia es una recopilación de leyendas infantiles.

Yo no podría estar más de acuerdo con Einstein.

[tosan]

Coincides, en lo que dices, con las palabras de Einstein, que sí creía que el universo tenía un creador, o, que el universo mismo era Dios (no queda claro, por cuanto afirmó que creía en un Dios como el de Spinoza),
y también afirmó que "la palabra de Dios es producto de la debilidad humana" y que la Biblia es una recopilación de leyendas infantiles.

Yo no podría estar más de acuerdo con Einstein.

Y para corroborar lo que dices, una frase en ese sentido.

“Vosotros, pobres idiotas, habéis confundido los misterios de antaño con la historia moderna, y aceptado literalmente todo aquello que sólo tenía sentido místicamente”. (Gerald Massey).

[tosan]

En la época de Jesús y algunos siglos después, se creía que la tierra era plana y cuadrada. Tenía cuatro esquinas de las que salían vientos. Cuatro vientos en total.

Hoy sabemos que no es así. Y que la realidad es muy diferente.

Transcribo tres pasajes. Dos del NT y uno correspondiente a un padre de la Iglesia.

El padre de la iglesia influyó mucho en la elección de los cuatro evangelios del canon.

Quiero hacer una aclaración. Fue santo pero ignoro si fue padre (de la iglesia).

Interesante su argumento. No tiene desperdicio.

27 Y entonces enviará sus ángeles y reunirá a sus escogidos
de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo
del cielo. (Marcos 13:27)

Y DESPUÉS de estas cosas vi a cuatro ángeles que estaban de pie en
los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. (Apocalipsis 7:1)

“… es imposible que los evangelios puedan ser más o menos en número de los que ya son. Dado que vivimos en cuatro zonas del mundo y existen cuatro vientos principales, y la Iglesia está repartida por todo el mundo y el pilar y fundamento de la Iglesia es el Evangelio… es adecuado que ella disponga de cuatro pilares…” (Contra las herejías 3.11.7). (San Ireneo, obispo de Lyon).

[tosan]

“para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.” (Apocalipsis 7:1)

San Juan, cuando escribió esto, estaba un poco descolocado.
O “colocado”. Vaya usted a saber.
Los árboles están en la tierra.
Si no hay viento sobre la tierra, seguro que no lo hay sobre los árboles.