Si alguien comete un pecado grave, como adulterio y no se arrepiente y continúa haciendo lo mismo, las escrituras dicen que tiene que dejar de ser miembro aceptado y verse fuera de la congregación y por lo tanto ya no se tiene trato con él, a no ser que con el tiempo cambie y se lo vuelva a aceptar, pero tiene que tener obras de arrepentimiento... Si se permitiera que el que práctica algo grave como fornicación y persiste, seríamos igual que todos, ya no seríamos diferentes seríamos cristianos de nombre pero no de hecho..