Solo párate frente al espejo, y pregúntate
¿he repartido mis bienes entre los pobres, como se lo predico a los demás?
Y si eres honesto te responderás: "No, pues mi casa la tengo reservada para mi hijo"
Solo párate frente al espejo, y pregúntate
¿he repartido mis bienes entre los pobres, como se lo predico a los demás?
Y si eres honesto te responderás: "No, pues mi casa la tengo reservada para mi hijo"
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.