Kimo, como los de su religión, no comprende que la verdadera Ley fue dada por Dios, desde siempre y para siempre, son los mandamientos que Jesús enseña en el Evangelio, y no todos los que están escritos en las biblias.
Kimo no comprende que lo que Dios quiere y siempre quiso es la misericordia, que seamos misericordiosos.