La intención es buena, pero no es lo recomendable.

Pejecillo pretende sentar a México en una de las sillas del consejo de seguridad de la ONU, quizá con el afán de contribuir con políticas de paz y fraternidad, a la paz mundial.

Pero, ¿ como hacer tal cosa sin libertad ?. Y no es que me esté poniendo difícil, o que ande de aguafiestas; soy sencillamente objetivo. Vamos por partes.

Cuando pejecín armó, proyectó y construyó la guardia nacional, la hizo con fines específicos, que no incluían su uso para fines antimigratorios. Pero resulta que bajo la presión gringa, se vio obligado a utilizar a esa guardia nacional, para fines de contención de migrantes de centroamérica hacia México, y luego hacia Estados Unidos de Gringolandia.

Es decir, que la fuerza del gobierno mexicano no alcanza siquiera para ejecutar sus propios proyectos con libertad; tanto menos podrá entonces ejecutar libremente planes y proyectos de alcance mundial, global.

Si llegara México a ser miebro del consejo de seguridad de la ONU; con la mano en la cintura el señor Trump(etas), con un simple twitt o una velada amenaza de aranceles, sanciones o lo que sea; condicionaría el voto mexicano ante cualquier evento o moción votable en tal consejo de inseguridad.

Y un voto condicionado, intimidado, no libre... pues no sirve. Simple y llano.

Saludos, al buen Pejecillo de algodón, y a todos.