Era una chica, una jovencita con vestido.

Ibamos uno al lado del otro en el auto, ella al volante. Conversábamos.

Sin querer uno de mis dedos rozó la piel de su pierna. No quise retirar la mano, tampoco quise ser abusivo o acosador.

A ella pareció no importarle, y juntó aún mas su pierna a mi mano.

Mis caricias terminaron acariciando su clítoris por sobre la pantaleta, al compás de lo que ella disfrutaba. Tendría que llevar esto a su éxtasis. Nada mas que a eso.

Supongo que así habrá terminado, no lo sé. Desperté.