Alejarse de la gente, de lo urbano, de lo humano. Esa es la tendencia de mi espíritu que vaga en estos sueños.

Y en el camino encontrar amigables pero mustios fantasmas de mujeres ausentes. - ¿Eso es lo que te parece que hago, Castor?. -

-¿Y no, Pedro, o Morfeo, o Pantera o quien fregados seas?.

-Supongo que si. Aunque en verdad debe ser más que sólo eso. Sentir o no sentir, esa es la cuestión.

-¿Y ahora eres Hamlet?.

-No Castor. Soy lo que sabes que soy. Y si vengo aquí es para buscar, para escapar, para sentir, para revivir; todo eso la sabes. Buscarme a mi mismo, escapar de lo ordinario y de lo cotidiano, y sentir de nuevo la vida y tratar de dejar de vivir solo por vivir.

-Demasiado consciente para ser un hombre durmiendo, Pedro-Pantera-Morfeo-Etc.

-No hay una regla que indique que no se puedan tener sueños así, Castor. Aunque la verdad no se si este durmiendo ahora, ¡ siento esta lucidez tan grande, que lo ahuyenta todo!. A mis espectros, a mis paisajes, a mi sentir, a la alegría extraña de la soledad...

-Es parte de tu condena. De nuestra condena. ¿Quién de entre nosotros vendrá a abolirla?.