Jesucristo enseñó y comisionó a sus discípulos a predicar el Reino de Dios (Marcos 1:15; Mateo 24:14; 28:19-20), no el Evangelio.
"Sin embargo, se manteine en su misión sin temor al peligro y avanzando con valentía..."
En 2 Timoteo 3:12, el apóstol Pablo expone que "todos los que desean vivir en devoción piadosa en asociación con Cristo, serán perseguidos". Sin embargo, no todos los que son perseguidos por su fe, realmente cuentan con la Aprobación Divina (Mateo 7:21-23).