El problema de la violencia es muy complejo y la intervención de intereses económicos en su difusión pública no hace más que complicarlo todo. Aún más cuando en el mismo saco se meten casos diferentes en un "totum revolutum" con afán propagandístico.
Honestamente pienso que no son lo mismo los casos de matrimonios podridos, de manadas de vándalos, o de enfermos mentales con comportamiento canalla. Y sin embargo todos se suman en un numerito para crear la sensación malsana de que "los hombres (los varones) son malos".
Puede que la intención individual de cada persona que pone su descuidado granito para construir esta sensación general, no sea mala. Pero el resultado de la suma, sí que lo es.
No pretendo defender lo indefendible de los delincuentes. Pido que se les juzgue y se les castigue. Pero en esta época de minorías ofendidas por cualquier comentario, hasta en las cosas más ridículas, me parece no solo ofensivo sino agresivo utilizar la etiqueta: "Violencia machista".
Y de la misma manera, también la omisión de calificar como "violencia de género" a las atrocidades que cometen las mujeres delincuentes.
No escuché ese titular en los casos que han ido descubriéndose últimamente, protagonizados por mujeres. Esta misma semana se está juzgando a la última, la asesina del pequeño Gabriel. ¿No es esto también violencia de género?. ¿O es que la vida de un varón vale menos?.
¿Sabes cuántos hombres han muerto a causa de mujeres este año?. No te molestes, no se sabe, porque no hay estadísticas oficiales. No, interesa.
Repito lo que dije antes. No defiendo lo indefendible de los delincuentes, sean del sexo que sean. Que se les juzgue y se les castigue. Pero juguemos todos con las mismas cartas.
Hace algún tiempo, cuando llevaba a mi hijo e hija pequeños al parque a jugar después del colegio, tuve la oportunidad de escuchar durante muchos meses conversaciones de todo tipo entre las mamas que como yo vigilaban el bienestar de sus hijos. Y reconozco que más de una vez tuve que morderme la lengua, para no contestar las palabras que con malevolencia algunas madres inculcaban en sus virginales hijas… Por ejemplo, recuerdo aquella mamá que le dijo a su hija: ¡Ven aquí María, cariño, no llores porque ese niño no te deje jugar. Es malo como todos los hombres!. (Lamento no haber tenido el móvil (celular) grabando a tiempo.)
¿Parece una chorrada verdad?, pero en el cerebro de María se plantó en ese instante la semilla de una mala hierba que creció y estoy seguro que hoy habrá viciado su visión del mundo.
Vuelvo a repetir por tercera vez. No defiendo lo indefendible de los delincuentes, sean del sexo que sean. Que se les juzgue y se les castigue.
Pero cuidado con las etiquetas. Porque cuando tu dices que todos los hombres son malos, aunque interiormente exculpas a tu padre, a tu abuelo, a tu hijo. Incluyes tácitamente a los padres, abuelos e hijos de las demás mujeres. Y ellas hacen exactamente lo mismo con los tuyos.