El padre de Jesús, Yahvéh, hizo al mundo en seis días y luego se cansó. Descansó el séptimo día.

Ordenó a Moisés que a su vez ordenara al pueblo que en recuerdo al cansancio divino también descansaran un día, el sábado.

Y a quien se negara a hacerlo, había que matarlo a rocazos.

Dos mil años después, Yahvéh violó a una humana y le creó a un hijo semidiós, Jesús.

Ese hijo decía "no le hagan caso a mi padre; ya está viejo y es muy ideático"; lo contradecía, autorizando a la gente a esforzarse los sábados.

Pero Jesús no era tan original en ello, pues el tema ya era discutido entre los grandes rabinos de sus tiempos, Hillel y Shammai.

En este sentido, Jesús apoyaba la escuela de Hillel. No fue innovador.

Hoy día todavía existen judíos muy estrictos en cuanto al descanso sabatino.

Pero a todo esto, ¿cómo pudo Yahvéh haber hecho el mundo en seis días, si el concepto de "día" requiere que existan previamente tanto el mundo como el Sol, para que el primero gire alrededor del segundo?