Bueno, en verdad no podemos saber a ciencia cierta el porcentaje de la sociedad que le quita credibilidad al feminismo, más aún porque se trata de un movimiento mundial que reside a nivel local en sociedades de lo más diversas (y aún así ha logrado sincronizarse, ciertamente Parzival eso no lo logra ningún movimiento social que fracase). Es lícito que alguien que no ve con buenos ojos el feminismo, crea que la mayoría lo ve igual, pero lo cierto es que no se mide de esa forma, se mide con el paso del tiempo y se mide con los cambios logrados (o no).
Y en este sentido, ruego se me refute si no es así, la mujer (su función social y en la esfera privada) no es la misma que hace apenas 30 años, ni 50 y muchísimo menos hace 100 (va evolucionando, progresando, como marcaba welcome en uno de sus comentarios). Estos cambios no se logran con la credibilidad del 100% de la sociedad, se logran en primer lugar, con manifestaciones reclamando ciertos derechos (Leyes que se han conseguido, no voy a listarlas para no aburrir), y con un reconocimiento mutuo (de las mujeres) respecto a sus problemas derivados del machismo, reconocimiento que inevitablemente se traduce en acción educativa hacia los hijos.
No es casual que sean las jovencitas las que sacudieron el panal en Argentina (jovencitas que convencieron a sus madres y abuelas) porque decidieron que era absurdo e injusto caminar por la calle con miedo a que las violen o las maten (o que la sociedad les diga cómo vestirse para no ser violadas y asesinadas). Lamentablemente el Ni una menos tiene que ver con la reacción a casos de ese tipo. Y aunque en nuestro interior diferenciemos estos casos con otros que llamamos banales (como la galantería o el lenguaje inclusivo), lo cierto es que esas mismas jovencitas que empezaron movilizadas por el Ni una menos, hoy también interpelan otras costumbres sociales. Por mi parte no pienso detenerlas, ni censurarlas, ni decirles que eso es banal, me gusta que lo hagan.
El cambio se logra cuando dejamos de pensar que es banal decirle a una chica que no use minifalda porque va provocando, el cambio es que pasemos a pensar que es una atrocidad que alguien justifique una violación y endilgue la responsabilidad en la vestimenta y no en el delincuente. Lo único banal que hay en esa apreciación, es que meten a todos los hombres en una misma bolsa. El cambio es que vayamos entendiendo la conexión que puede haber entre ese micro machismo del dicho, del pre-concepto sexista y el hecho de apoyar y justificar verdaderamente a un violador. Esto que digo puede parecer una locura, pero nuevamente ruego se me refute, hace 50 años atrás era normalizada la asociación vestimenta-violación (aún hoy lo es en mentes muy retrógradas).
Parzival dijo: "Para que un movimiento triunfe, tiene dos caminos: convencer a la mayoría de la sociedad o imponerla."
Para finalizar respecto a esto, formulo la siguiente pregunta: ¿Por qué el feminismo, que existe desde hace mucho y que reaparece cada tanto más enérgicamente, triunfa (por las evidencias de los cambios logrados) sin transitar ninguno de esos dos caminos?.
Primero porque lo que debe cambiar es un sistema cultural completo, de modo que nunca logrará convencer a la mayoría en términos contemporáneos, sino a través de las generaciones (cuando la mayoría no tenga que ser convencida de nada, el machismo habrá dejado de formar parte del sentido común), y tampoco transita el camino del autoritarismo porque no hay nada por lo cual el feminismo bregue que atente contra la integridad, la seguridad y la dignidad de las personas, por el contrario, busca reparar lo que atenta contra la integridad, la seguridad y la dignidad de un colectivo muy amplio en principio, y de la sociedad en general a posterior (el autoritarismo se utiliza para instalar algo que goza de nula aprobación por tratarse de una medida que va contra los supuestos beneficiarios).
Ahora, he hablado de ir contra la seguridad, integridad y dignidad, no he hablado de ir contra los intereses... en este sentido efectivamente el feminismo brega por cosas que van contra los intereses de sectores muy amplios de la sociedad (intereses diversos, pero todos anclados a posiciones de poder o privilegios, en mayor y menor grado).
Va a ser interesante adentrarnos en eso, lo único que necesitamos para abordar este asunto es no mezclar de forma desordenada la teoría académica y la opinión política, me explico; tu opinión respecto a lo que el feminismo hace con Derrida (vos decís que lo toma porque la izquierda tiene metidos sus dedos) va a guiar tu ponencia en este orden: una crítica a la izquierda y como conclusión la consabida crítica al feminismo por asociación.
Y lo cierto es que de Derrida no vamos a hablar, por ende no vamos a poder comprender por qué se toma el concepto de deconstrucción para hablar de un proceso que implica accionar sobre la cultura (que puede ser entendida como un sistema, una estructura sobre la cual se construyen sentidos; "razones de ser" de las cosas). Deconstruir es un proceso que interpela ese sentido (y esa razón) dentro de esa estructura.
Cuando un concepto aplica perfectamente al propósito, qué importa que el autor esté fuertemente asociado a tal o cual movimiento político. Lo que digo; las probabilidades de que todas las mujeres que se dicen feministas (desde las militantes a las no militantes) hablen de deconstrucción porque son de izquierdas (o sean de izquierdas y por eso hablan de deconstrucción), es muy baja.
Luego podemos hablar de Derrida y su método de deconstrucción, es interesante.
Saludos!