El argumento es: si eliges ver una intervención divina en los sucesos que te favorecen, para guardar coherencia tienes que ver intervención divina en los sucesos que no te favorecen. Porque la vida te presenta sucesos de los dos tipos.

Y la cosa se complica cuando hay personas que tienen intereses opuestos, porque eso también sucede muchas veces en la vida. El mismo suceso es bueno para unos y malo para otros.